CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 17. Ninguno de los dos entendió 

James estaba a punto de entrar a la reunió trimestral del grupo KHC. Se habían reunido los directores de todas las sucursales menores a lo largo de Europa, así 

que tenía por delante un 

par de días agitados, por suerte tenía a Connan a su diestra, lidiando con un parte de aquel asunto, como todo vicedirector regional que se respetara. 

Apenas había avanzado una hora de revisión de los nuevos proyectos cuando la puerta de la sala de juntas se abrió y Loretta entró caminando apurada. Se inclinó sobre su hombro y le dijo al oído las palabras justas para descompensarlo. 

-Maddi está al teléfono, está llorando. 

James se levantó como un resorte y se giró hacia Connan. 

Te quedas a cargo le dijo antes de salir corriendo hacia su oficina. 

Apenas levantó el teléfono cuando escuchó el balbuceo desesperado de Maddi. 

-¿Maddi…? 

-Ja…James… James…. 

-¿Nena qué pasa? ¿Dónde estás? 

A través de la línea se escuchó un sollozo y James sintió la angustia crecer dentro de él. 

-¡Maddi! ¡Dime dónde estás, cielo! ¡Tienes que decirme donde estás! —insistió con el corazón desbocado. 

-En… en una plaza… una plaza… cerca… -sollozó ella. 

-¿Cerca de qué, Maddi? ¿De nuestra casa? -la ayudó. 

-S… sí… de nuestra casa… 

-¿Estás en Burlington Arcade? -preguntó recordando que esa era la más cercana. 

-Sí… 

-¿En la tienda de bebés? 

en una…

Maddi, ya

deportivo y condujo como un loco hacia el centro comercial Burlington Arcade, sin imaginar

MEDIA HORA ANTES 

Martin la tomó de un brazo, zarandeándola.

esa es una calle de dos sentidos, maldi@, así que si no quieres que arruine la tuya, más vale que me des lo que

el agarre de su ex prometido se hizo aún más fuerte. ¡Suéltame, Martin! ¡No sé lo que quieres, pero esta no es la forma de hacer las

sorna. Maddi vio que tenía grandes ojeras y

su camisa. Parecía no solo desarreglado sino

devuelvas todo lo que me quitaste!

le quitó a quién? Si tú te llevaste seis años de mi vida, miles de euros de mi dinero, de mi esfuerzo, y yo

-replicó Martin abriendo los ojos como un desquiciado. ¡Porque ese chiquillo fue

pero él la agarró por los dos brazos para que no pudiera

escapar. 

mi vida, ¡la que acabo de perder porque no pudiste mantener tu maldit@boca cerrada frente al padre de

sus labios se apretaron en una

dejó, ¿verdad? -y no pudo evitar aquella carcajada que le emergió del centro del pecho. ¡Ella te dejó como la basura que eres!

hables así!

pero es que va a ser verdad que el karma es una perra -replicó Maddi

que al menos lograras sacarle el resto de las colegiaturas y el dinero

-¡Cállate, Maddi! 

uno no muerde la mano que le dio de comer, uno no olvida a los que estuvieron ahí para ti cuando nadie más lo estaba. Eso se

manos para liberarse de él y a Martin no le quedó más remedio que soltarla. -¿Crees que me

valoraras un poco el esfuerzo que yo hice por ti. Al menos

finales, no tengo tiempo para trabajar! ¡ Se suponía que

de saber que ella te abandonó. ¿Y sabes qué? Te mereces todo lo que estás pasando ahora y más. Espero que sufras el resto de tu miserable vida, espero que nunca encuentres la felicidad, porque no te la mereces. Ahora déjame ir o llamaré a la policía y con esas palabras Maddi dio media vuelta para irse, pero Martin la agarró del brazo

Y si no me lo das, entonces voy a

lo vio señalar su

loco? ¡No

tu novio, y ahí

mano de Maddi voló furiosa hacia su rostro y le soltó una bofetada que retumbó

va a dejar que me quites

y si es mi hijo tengo derecho a la mitad de la custodia. No te lo puedo quitar a ti, pero se lo quitaré a él. No dejaré que sea su

de libros para no caer. Él no podía hacer eso… no podía romper todos sus sueños de una

-No… no puedes… 

entonces! -gruñó Martin-. Háblalo con tu noviecito y búsquenme, ya sabes dónde

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