CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 16. Estoy muy orgulloso de ti 

Siendo justos, debemos decir que el señor Chow no solo estaba asustado de perder la enorme campaña publicitaria y el respaldo de calidad que representaba King’s Holding Corporation. La farmacéutica había pasado por seis meses de investigación de parte del conglomerado publicitario antes de que James King la aceptara; ya se lo habían anunciado a todo el mundo, y si aquel hombre se echaba atrás, entonces realmente no habría empresa de publicidad en Europa que se arriesgara a aceptarlos. 

Mirela ¿qué hiciste? -siseó el señor Chow dirigiéndole una mirada asesina a su hija—. ¿Y este quién demonios es? -gruñó en dirección a Martin. 

Mirela se puso pálida. 

-¡Papá… ya te había hablado de él, es Martin, mi novio! -exclamó con desesperación Quería presentártelo hoy… ¡pero esta gente se metió en nuestro camino! 

Maddi vio el rostro desencajado del señor Chow y apretó las manos de su novio. 

James… por favor, no hagamos un escándalo pidió Maddi hablando en voz baja, pero él negó. 

-No estamos haciendo un escándalo, pero que Dios agarre confesado al hombre que se atreva a ofenderte de nuevo–replicó James-. Escúchame, Maddi, tú eres la persona más importante de mi vida y te mereces que te respeten y que yo te defienda, pero tienen que creerte eso, tienes que aceptarlo porque ya no estás sola, eres mi mujer, Maddi, y eres lo más valioso para mí. 

Pasó un brazo alrededor de su cintura pasa sacarla de allí, mientras ella se quedaba reflexionando en aquellos pensamientos. 

-¡Señor King… señor King, por favor…! -los detuvo el señor Chow antes de que se fueran Sea lo que sea que haya pasado, es un asunto de índole personal, y nosotros estamos tratando un negocio. ¡Yo le estoy ofreciendo un negocio muy lucrativo a King’s Holding Corporation! Usted es un hombre inteligente, ¡seguro sabe separar lo personal de los negocios! 

-Si cree eso entonces se equivoca, señor Chow–gruñó James-. Para mí no hay negocio más importante que mi familia. Maddison Grant es ahora mi mujer y está esperando a mi hijo. ¡Ella es King’s Holding Corporation! Su negocio para mí no vale nada, menos si viene acompañado de una basura como esa -sentenció señalando a Martin con un gesto de asco. 

El señor Chow parecía hervir de la rabia mientras se giraba hacia su hija. 

-¡Deshazte de él! ¡De inmediato! 

¡No, papá, espera…! -exclamó Mirela-. ¡Lo están desprestigiando, pero Martin es un buen hombre, es médico…! 

y todos la miraron-. Señor Chow, Martin Presscot era mi prometido, yo pagué su carrera de medicina trabajando, hasta que me lo encontré en la cama con su hija y los dos me echaron de mi propia casa. —El señor Chow se llevó una mano al pecho como si fuera a colapsar y Martin se puso lívido-. Según me dijo, necesitaba una esposa más distinguida que yo, supongo que una que pueda pagar los meses que faltan de su carrera. Así que le recomiendo que tenga cuidado con la sanguijuela que le tocó de yerno… considérelo una última cortesía de

King’s Holding Corporation. 

de James y los dos salieron de allí. Antes de irse pasaron con la

la recaudación y le dejaron un cheque sustancioso

de camino a casa, pero James

ti–dijo de

mi? ¿Por qué? Yo no hice nada.

que crees. Es un paso grande para muchas mujeres el simple hecho de no dejarse pisotear -replicó James tomando su mano. Tu

James-. Y también lo siento por Chow, pero todos tenemos que asumir las consecuencias de todas las responsabilidades que no cumplimos, Maddi, y

hace daño? -murmuró ella-.

abrió con cortesía la puerta del coche y antes de entrar se sentó con ella en el

– 

porque esto es importante le dijo tomando su mano-. En primer lugar, es mi prerrogativa como CEO tomar o no un contrato, y he decidido no tomar este. Y en segundo lugar, tienes que empezar a ver el panorama un poco más allá de una sola persona. Mirela Chow es la heredera de esa farmacéutica y la dirigirá un día. Una mujer que no solo se convierte en la amante de un hombre, sino que echa a una chica desamparada a la calle, sin tener dónde dormir, solo lanzando a sus pies un poco de ropa y una bolsa de basura, me parece un ser humano demasiado inescrupuloso como para manejar una farmacéutica que yo puedo convertir en la más grande de Europa. -Maddi arrugó el ceño, extasiada porque era como escuchar a hablar a un estratega militar-. Yo no voy a ayudar a consolidar un imperio que sea dirigido por una mujer

y lo besó en la boca. James tiró de ella y hundió

mojé! -suspiró Maddi

lo que dije?

-Ajá. 

apretó los labios.

escuchaste

-¡Dios, sí! 

que tus fetiches son más raros que los míos? ¿verdad?

sonrió y mordió su

-se rio. 

que te escuchas muy sexy, así que vamos a entrar… que

casi rompió en carcajadas y señaló

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