La Novia Equivocada Novela de Day Torres

LA NOVIA EQUIVOCADA CAPÍTULO 36

CAPITULO 36. ¿Qué te parece si le cortamos las alas? Quizás una de las cosas más difíciles en el mundo es hacer lo mejor para la persona que quieres, sabiendo que no será lo mejor para ti. Nathan era dolorosamente consciente de eso mientras veía a Meli recorrer el departamento, emocionada, pero también sabía que mientras la tuviera amarrada a él, jamás sabría cuán ciertos eran los sentimientos o las emociones de Amelie, y ya no quería verla forzar una sonrisa que no sentía nunca más en su vida.

– Puedes mudarte a aquí cuando quieras – dijo cuando finalmente la vio calmarse un poco –. O puedes regresar a casa conmigo y escaparte aquí cuando yo te agote la paciencia.

–Esos serían muchos viajes –se rio Meli y él asintió un poco descorazonado.

–Sí ¿verdad? Últimamente le tiento la paciencia hasta a un santo –suspiro.

– Más o menos. Pero está bien si regresamos a casa. No quiero que Sophie se despierte y no me vea – dijo Meli–. No voy a tomar decisiones apresuradas que puedan lastimarla, ni a ella ni a nadie.

Nathan suspiró despacio, sin molestarse en ocultar lo aliviado que se sentía.

Esa noche, mientras dejaba a Meli en la puerta de su habitación, le dejó un beso suave en la mejilla, pero no intentó nada más. Para la muchacha era gracioso verlo así, tan grande y tan

indeciso, pero se merecía sufrir un poco más a ver si la próxima vez se mordía la lengua antes de gritarle.

Al día siguiente en el desayuno, él seguía mirándola como si ella se fuera escapar, y Meli seguía haciéndose la desentendida. Estaba perfectamente lista para irse a la universidad cuando una llamada hizo que Nathan volviera la cabeza hacia ella.

–Hoy las llevo yo – declaró con una sonrisa que Meli no le creyó para nada. Dejaron a Sophia en la escuela, y apenas la niña entró con su maestra, se giró hacia Nathan.

–¿Qué fue lo que pasó? —lo interrogó. – Me llamó el detective del caso dijo Nathan–. Al parecer ya salió el resultado del peritaje del accidente, ¿quieres venir conmigo a la comisaría?

Amelie asintió de inmediato y allá se dirigieron. Cuando Nathan y Meli llegaron a al precinto, un nuevo detective los saludo y los hizo pasar.

–Disculpe ¿qué pasó con los anteriores detectives que estaban investigando? – preguntó Nathan.

–Soy el sargento Hollander, señor King, y dado los resultados del peritaje, este caso acaba de ascender, así que yo lo asumiré a partir de ahora.

–¿Qué quiere decir con que el caso ha ascendido? – preguntó Amelie.

– El accidente del señor King no fue un accidente, señorita. –dijo el detective Hollander con solemnidad–. Fue un intento de asesinato. Estuvimos trabajando en conjunto con los peritos y el señor Edward Ramsey, del seguro del auto, y en efecto, la pieza que controla la dirección del auto fue cambiada después del accidente por una igual pero de otra marca y menor costo. Eso descarta el accidente y lo convierte de inmediato en un intento de asesinato. Es evidente que hay mucha premeditación en el asunto, así que se ha convertido en nuestra prioridad.

Nathan no sabía si estar tranquilo o alterado por eso. A su lado vio a Meli recogerse sobre sí misma con miedo.

–Sé que le han preguntado esto antes, señor King, pero ¿tiene algún enemigo? ¿Uno específico, capaz de hacer algo como esto? – preguntó el detective.

ya que lo pregunta, sí, hace días que me ha venido un nombre a la cabeza:

desde que quedó huérfana siendo una niña, pero la fortuna es de Amelie y ellos no se lo dijeron, incluso la tenían trabajando como la sirvienta de la casa

un

la

lo decide el juez? —preguntó el

puede ir contra la ley, y la última voluntad del padre de Amelie fue dejárselo todo a su única hija, realmente no hay dilema en cuanto al testamento,

pensativo–. Quizás piensen que es más fácil que ella retire la demanda al

enarcó una ceja, claramente preocupado ante las afirmaciones de Nathan. Pero antes de que pudiera decir algo más, Amelie se

desde que pasó el accidente de Nathan, no he podido dejar de pensar en el accidente de mi

conduciendo su coche cuando el auto dejó de responderle, le aseguro que no iba a exceso de velocidad porque iba conmigo, ella jamás me habría puesto en riesgo. Nadie me creyó porque yo era una niña, pero sé que no fue un error de mi madre. Si pudieran... si pudieran investigar, aunque solo fuera un poco. El

idea de a cuánto asciende la

de exportación están valoradas en unos doscientos millones, sin contar el patrimonio interno, joyas, cuentas de banco y bonos

impresión y miró

– jadeó. – No, pero es un motivo –advirtió Nathan y el

metido en esto para conservar la fortuna que de alguna forma se agenció hace algunos años. Bien, solicitaré una revisión del caso de... – miró a Amelie y

Melissa, mi madre

Aquiles Wilde acaba de pasar a ser nuestro principal sospechoso – dijo

pero después de que Amelie ya estaba en el

en un accidente cuando ella era muy chica –murmuró Nathan–.0 esta familia tiene muy mala suerte, o alguien ha estado sistemáticamente eliminando a los herederos. Y no sé usted, pero yo no creo en la mala

mano y Nathan sacó a Amelie de allí. La llevó a la universidad y esperó a que se calmara antes de dejarla salir. Pero la verdad era

¡Hey, Wilde!

reaccionando ante aquella voz, y se giró para ver la sonrisa de Rex Lanning. El chico se sentó a su lado y subió una pierna al asiento, abrazándose la rodilla con gesto

Rex,

creo. Tú siempre andas en las nubes, pero hoy estás más

tenemos nuestros líos. No tengo ganas de contarlos – suspiró Meli– ¿Quieres contarme

Rex sonrió con tranquilidad.

Meli, soy

los Patriots –dijo y Meli abrió los ojos, emocionada. –¿En serio? ¡Es un equipo profesional! – exclamó. –¡Ya sé!

familia deben estar emocionados! –

—respondió–. Mi padre se enorgullecía de que jugara fútbol en la universidad porque creyó que iba a terminar ahí, no esperaba que decidiera

porque lo

– ¿Cuándo te vas?

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