CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 20. No sé muy bien quién soy 

No comía, no dormía, no hablaba. Faltaba poco para que se hiciera encima, pero como no le pasaba nada por la boca eso también era difícil. James estaba volviéndose loco mientras intentaba que Maddi reaccionara, pero simplemente no lo conseguía. 

La doctora terminó recetándole algunas pastillas para dormir, y James pensó que al menos así iba a conseguir descansar un poco; pero cuando entró en la habitación pocas horas después y vio el frasco derramado sobre el suelo, el corazón se le aceleró. 

-¡Maddi! ¡Maddi!… ¡¡¡Mamá!!! -gritó con todas sus fuerzas y en cuestión de segundos sus padres entraban corriendo a la habitación mientras él inútilmente intentaba despertar a la muchacha. 

-¿Por dios qué pasó? -preguntó su padre. 

-¡Creo que se tomó las pastillas para dormir! ¡No reacciona! -gritó james desesperado- ¿Cuántas se tomó, mamá? 

Nathan llamó a una ambulancia de inmediato mientras Meli recogía las pastillas en el suelo y las devolvía al frasco, contándolas. 

-¡Maddie…! ¡Mamá… ¿cuántas se tomó?! 

-¡Ninguna! -respondió Meli y su hijo la miró sin comprender. 

-¿Cómo que no…? 

-¡No se tomó ninguna, aquí están las pastillas, las treinta del frasco, están todas, no se tomó ninguna! – replicó su madre y James se desesperó aún más. 

-Entonces ¿qué le pasa? ¿Por qué no despierta? ¡Maddi! 

-¡James, tranquilízate! -le pidió Nathan, pero era imposible-. La ambulancia ya viene. 

Llegaron los paramédicos minutos después y James les explicó lo ocurrido. En cuestión de segundos la cama de Maddie ya estaba rodeada por ellos, que intentaban despertarla también. 

-¿Están seguros de que no se tomó las pastillas? -preguntó uno de los paramédicos y Meli le entregó el frasco para confirmar. 

-Parece una deshidratación severa -dijo el otro-. Es bastante normal en estos casos. No se preocupe, la llevaremos a urgencias y los médicos podrán evaluarla con más detenimiento. 

James asintió, aunque no se sentía tranquilo. Se fue con ella en la ambulancia y Nathan y Meli llegaron poco después. Cuando los médicos se llevaron a Maddie para hacerle una serie de pruebas, James y sus padres se quedaron solos en la sala de espera, aguardando por la doctora que vendría. 

-Solo fue deshidratación, ya le pusimos sueros -les dijo con alivio-. Ya sé que no quiere comer ni 

beber, pero si no encontramos una alternativa, tendremos que dejarla internada. 

Un rato después dejaron pasar a James a su habitación. Maddi ya estaba despierta y tenía expresión de culpabilidad. 

-Parece que no puedo dejar de preocuparte, ¿verdad? -murmuró con tristeza. 

-Oye, tú puedes preocuparme todo lo que quieras -le sonrió James mientras se acostaba a su lado en la cama y la abrazaba-. Solo prométeme que vas a comer algo a partir de ahora, cualquier cosa, así sea solo helado–murmuró besando su mejilla. 

-Solo helado estaría genial -aseguró ella y se acurrucó contra su pecho quedándose dormida de nuevo. 

comería, y Maddi cumplió porque no soportaba ver aquella tristeza llena de preocupación en los ojos de

profundamente mientras la miraba. Había pasado una semana desde la operación, la familia poco

nada que hacer en casa? -preguntó James dándole un abrazo.

graduada? -murmuró Nahia-. Nada me espera en Boston y ustedes dos necesitan un par de

que no se había movido ni

tristeza-.

necesite sea que la saques de

-No quiere… 

King nos ha importado lo que quieren los demás? -se burló Nahia- ¿O ya se te olvidó que nuestra hermana mayor es una psicópata acosadora y según he escuchado nuestro padre se ganó el mote de

su hermanita cerca, pero frunció

para acá lo hizo escapando. ¿Estás segura de que tú

que es una loca, y tú que jamás escuchas razones… yo decidí ser la madura

si dejaste a alguien en Boston! -replicó James y ella le dio un sopapo

estás oyendo? ¡Dije “nadie” me espera en Boston! ¡Nadie! -gruñó-. Pero en cambio aquí hay

señorita Madura ¿te quedarás aquí

-dijo Nahia-, voy a empezar a preparar mi ingreso a la

abrió mucho los ojos porque

Maddi necesita distraerse y bueno… ahora no

Así que vamos a sacarla de ese sillón,

que había tenido su abuelo, Nahia llevaba en la sangre la fuerza de su madre y eso se

a ustedes, así que como mi cuñada, te toca cuidarme le dijo-. Esta es

le dio un abrazo y un beso en la mejilla y le susurró un “ya voy” al

que había conseguido lo que no había logrado él

emocional, tarado -replicó Nahia-. Maddi está acostumbrada a cuidar de la gente que quiere, necesita tener

la miró

a ser psicóloga o algo? -le

hermanitos queridos que ya dirigen las dos sucursales de la empresa, yo puedo darme el

los ojos cuando lo sintió pegarse a su espalda. Maddi se apoyó en él y siguió disfrutando del agua

Nahia

la voz entrecortada-. Pero es lindo que esté

la barbilla en su hombro con un

Maddi, eres parte

-lo interrumpió ella.

-¿Qué cosa, nena? 

no sé dónde estoy

dio la vuelta para enfrentar sus ojos.

hablas, Maddi? -la

sabes, la mamá de tu bebé -murmuró Maddi esquivando la mirada-. Y ahora que no está es como que… no

labios y sostuvo su barbilla para que lo mirara.

ser mi novia? -le preguntó y a Maddi

-¿Estás seguro? 

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