CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 29. Lo odio, es horrible 

“¿Qué tan millonario eres?! 

James arrugó un poco el ceño, ni siquiera Sabrina le había hecho una pregunta tan directa. 

-¿A qué te refieres? -le preguntó con curiosidad. 

-Bueno… ¿tus millones son por decenas, cientos o miles? -insistió ella y James hizo una mueca y trató de hacer memoria. 

-El patrimonio general de la familia superó el millar hace unos años, el mío personal deben ser unos cuantos cientos, ponle unos trecientos -respondió él-. ¿Por qué, nena? 

La muchacha apretó los labios y pasó saliva. 

-Es que estaba pensando… si yo te pidiera un poco de dinero, ¿me lo darías? -le preguntó. 

James se encogió de hombros como si esa fuera la pregunta más tonta del mundo. 

-Claro que si Maddi, lo que quieras -le respondió. 

-Pero es mucho… 

-¿Qué parte de “lo que quieras” no se entendió?-insistió él mientras la abrazaba y escondía a cara en su pecho. 

-Gracias. 

James sonrió porque ella era la cosita más tierna del mundo, pero no dejaba de causarle curiosidad para qué quería el dinero. 

-¿Y no me vas a decir qué te traes entre manos? -le preguntó y Maddi lo miró con un suspiro. 

-Todavía no, primero tengo que ir varios lugares y hablar en la universidad para que me pasen a una especialización de inmediato. 

James frunció el entrecejo y se acomodó mejor en la mecedora mirándola a los ojos. 

-¿Ya vas a elegir tu carrera? ¿Estás segura? -le dijo con preocupación. Solo pasaron un par de meses… 

-No importa. Creo que siempre he sabido lo que quiero hacer y después de… -respiró profundo y pasó saliva. Después de lo del bebé, cada vez se ha ido aclarando más. 

A James se le humedecieron los ojos y asintió. Todavía seguía siendo difícil para los dos, pero intentaban superar aquel dolor lo mejor que podían y no quería que Maddi cayera de nuevo consumida por él. 

-Está bien, ¿y cuándo me lo vas a contar? -le pidió. 

-Mmmm… mañana -decidió ella-. Mañana en la tarde, si logro resolver todas mis dudas durante el día, te voy a llevar a un lugar. 

Él accedió sin insistir más, porque entendía que aquello era demasiado serio para Maddi, pero esperó ansioso durante todo el día a que ella lo llamara. 

Maddi, por su parte, se fue a la universidad y realizó todas las averiguaciones. Le permitieron avanzar del curso general al primer año de especialización en el siguiente trimestre y luego le pidió a Sibar que la llevara a un sitio al sur de Londres, fuera de la ciudad. 

la nostalgia y la tristeza bailándole en los ojos,

por James y los dos almorzaron juntos antes de que Sibar los llevara de regreso

golf del área, pero jamás se había fijado en aquella entrada tan poco llamativa. El camino que se desviaba de la carretera estaba muy mal cuidado y lleno de baches,

a la mansión del terror? -le

al final del camino se

césped corto, iluminada por el sol, pero aun así se veía triste y vieja. Maddi le pidió a Sibar que estacionara al final

-le preguntó James con una sonrisa mientras tomaba su

-le dijo Maddi y James se

-¿En serio? ¿Cuándo? 

muchacha-. Es un orfanato muy pequeño comparado con otros, porque solo tiene capacidad para cincuenta niños. El señor Albert Knox lo ofreció como orfanato en memoria de su padre, pero ayer leí la noticia de que también había fallecido, y su hijo Thomas espera

la miró con adoración, porque ya imaginaba qué se le

que el orfanato desaparecerá -murmuró mirándola a los ojos

La mansión ya no está en las mejores condiciones así que necesita que reparen un poco… y yo pensé que ya que Sophi se preocupa tanto por el otro orfanato… a lo mejor tú yo podíamos ocuparnos un poco de este, ayudar.

sonrió y asintió.

que ver esto con la

todavía está le explicó Maddi-. Si logramos salvar el orfanato se quedará dirigiéndolo otro año, pero

de Entidades

-Maddi… 

era una decisión tomada –. Sé que no es un trabajo con glamour y que voy a estar pidiéndote más dinero del que logre generar pero… esto es lo que

el corazón se le hinchaba en el pecho.

preguntó y a ella se le llenaron

-preguntó con un

ayudar, pero primero tengo que ver el edificio para luego decirte cómo. ¡Ven,

y le dieron vuelta a la enorme mansión. Era un enorme edificio de piedra, de color cremal y marrón, deslucido por los años. Tenía dos torres de cuatro pisos que estaban unidas por

dos pisos, grandes ventanales y puertas de madera

deshabitada y necesitaba muchas reparaciones. La mitad de las ventanas estaban rotas y tapadas con maderas viejas. Por lo que podían ver desde el exterior, los techos de varias habitaciones estaban caídos y colgaban sobre los pasillos del primer piso.

que solo hubiera pocos niños. No estaba en mucha mejor condición pero si se le miraba de lejos parecía un hermoso castillo inexpugnable en lo alto de su colina.

sé qué decir… es como si

el polvo y lo viejo

muchos recuerdos y aunque ella prefería quedarse con los

sorprendió del enorme silencio que invadía todo a pesar ser un lugar habitado

debería estar sonando una orquesta de grillos -sentenció

suelen tener muchos motivos para ser felices -replicó Maddi-. Aun así es mejor tener un techo sobre tu cabeza que vivir en la calle.

pero a medida que veía el orfanato su corazón se sentía más triste. Había solo cuatro grandes

-preguntó James viendo todas aquellas

señalando a una camita-. Mira aquí dormía

se quedó mudo por

eso es una silla

-Ajá. ¿Qué tiene? 

un closet enorme y un cuarto de juegos y un millón de cosas hermosas, pero ella lo miraba como si el hecho de que todas las cosas de un huérfano cupieran sobre una silla

las aulas, los pequeños patios de recreo, el comedor. En los salones los niños estaban silenciosos, leyendo o conversando en voz baja pero todo era

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