ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 17. Aprovechado

Debían ser quizás las nueve de la mañana cuando Vanessa intentó pasar su credencial de estudiante por la entrada al estacionamiento universitario, solo para ver una larga línea iluminada en rojo en el aparato, rechazando su tarjeta.

-¿¡Qué demonios!? -Se bajó del auto y volvió a pasar la tarjeta otras tres veces por el aparato, pero en ningún caso la línea se puso en verde.

Finalmente no le quedó más remedio qué aparcar el auto afuera y dirigirse a la caseta de seguridad. Un guardia la miró con curiosidad y Vanessa le entregó su credencial con molestia.

-Mi tarjeta no está pasando, el lector debe estar roto. ¿Me hace el favor de dejarme pasar? -gruñó incómoda y el guardia sacó un lector de códigos remoto.

Demoró solo un segundo en pasarlo sobre la tarjeta y luego negó.

– Lo siento, señorita. Esta credencial no es válida -dijo con voz firme y profesional. 1

Vanessa frunció el ceño mientras miraba el aparato con desconfianza.

-¿No es válida? ¿Qué quiere decir?

-Que esta tarjeta es falsa -le dijo el guardia con seriedad.

Vanessa se quedó con la boca abierta sin poder creer lo que escuchaba. ¡No podía ser! 1

-¡Claro que mi tarjeta no es falsa, yo estudio aquí! ¡Mi nombre es Vanessa Marfield, búsqueme, búsqueme y va a ver que sí estudio aquí! -demandó furiosa. 1

El guardia la miró con frustración, pero estaba acostumbrado a lidiar con la antipatía de los niños ricos de la escuela. Pasó su nombre por la computadora y luego negó.

-Lo siento, pero ese nombre no aparece en la base de datos de la universidad. Aquí no estudia ninguna Vanessa Marfield. 1

La desesperación creció dentro de ella y se llevó las manos a la cabeza mientras recordaba la amenaza de Aaron. 1

-¡Esto tiene que ser un error! -gritó molesta-. ¡Yo estudio aquí, quiero hablar con el rector! ¡Exijo que alguien me reciba!

-Lo siento mucho, señorita -dijo el guardia con severidad. No puedo dejarla pasar con una tarjeta falsa, y mucho menos dejarla pasar sin tarjeta. Para empezar le pondré una multa y esta credencial será confiscada para su investigación. Si quiere acceder a la universidad mejor llame al departamento de atención externa y pida una cita.

guardia hasta una demanda contra la universidad. Aquello tenía que ser un error, porque no

duda, cuando miró alrededor desesperada, la figura sombría de Aaron, apoyado en su auto dentro del estacionamiento, le confirmó lo que

se detuvo a su lado y él bajó la ventanilla de la camioneta, pero ni siquiera la

creo que eres estúpida -replicó. Agradece la ofensa, porque si creyera que lo que le

ya tendrías una demanda judicial y

se puso

-¿Qué hiciste…?–balbuceó desesperada.

en este país -respondió Aaron y un

agradeció que Nahia todavía estuviera dormida. -Creo que ya es hora de irme -dijo Jared cuando lo vio

espero que te vaya muy bien le dijo extendiendo la mano y el guardaespaldas se despidió con una sonrisa mientras tomaba los documentos para

ligero para Nahia y fue emprender la titánica tarea de que tomara algo. La ayudó a incorporarse despacio y le

favor, nena, tienes que tomar

quiero… -murmuró ella con un

suspiró con resignación.

no empiezas a beber tendrás que seguir con

a él. Se mordió el labio y

pasó? -preguntó con un hilo de voz-. Y no me digas que no pasó nada porque si no, no te hubieras

sabía que él no quería separarse de ella por nada del

que algo había pasado, pero también sabía

eso. 1

bebes te cuento qué pasó a

con las dos manos y se lo acercó a los labios

pasó? -insistió. Cuéntame

atentamente en silencio, sin interrumpirlo. Al final de su relato tomó una profunda respiración para calmarse.

1

Aaron sonrió al ver que al menos tenía fuerzas para ponerse malhablada-.

a ver.

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