ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 31. Hoy es tu día

Aaron no entendía qué pasaba con Nahia, pero había algo entre ellos que no les permitiría separarse definitivamente jamás, y esa era una certeza que no podía evitar. Así que solo quedaba darle el pecho a la situación, tatuajes incluidos, y resolver ese asunto de una vez por todas… comenzando por los King.

-Te agradezco por todo le dijo Nathan tendiéndole una mano que él estrechó con firmeza-. Es increíble la forma en que lo resolviste y nos devolviste a Maddi y a los bebés sanos y salvos.

-No fue nada, para eso… estudié -murmuró Aaron con humildad, guardando sus cosas en la camioneta – Señor, quisiera pedirle permiso para frecuentar a su hija Nahia -declaró con determinación y Nathan se encogió de hombros.

-Pues si ella está de acuerdo…

-Ese es el problema. Ella no está de acuerdo. Legalmente sería acoso… o algo así -dijo Aaron como si aquella fuera la declaración de intenciones más noble que se le podía hacer a un padre. 2

-Pues si estás dispuesto a que te peguen… -murmuró Nathan.

-Lo estoy, señor -respondió él y los King se miraron.

-En ese caso siempre usa protección le dijo Nathan y Aaron se puso rojo de la vergüenza en un segundo.

-Y por “protección” quiere decir casco y chaleco antibalas -se rio Meli-, porque Nahia es la que mejor puntería tiene de todas nosotras.

Aaron tosió un poco y se rio porque sabía que era una hermosa verdad.

-Si, eso me consta–murmuró antes de despedirse-. En ese caso, señor King, señora King… nos vemos el fin de semana en la reunión familiar.

-Nos vemos, hijo, esconderé las sartenes solo por ti -se despidió Meli y un minuto después Aaron se iba.

En ese momento no tenía ni idea de lo cerca que estaba Nahia, pero la muchacha en lugar de ir directamente a la escuela había hablado con sus padres y se había dirigido al hospital a donde habían llevado a Maddi después del incidente.

Estaba asustada y llevaba el corazón desbocado después de saber lo que había pasado con Maddi. si no hubiera estado sentada, se le habría aflojado las rodillas al saber que Aaron se había hecho cargo de la situación. ¿¡Cómo no iba a hacerlo, si no había nadie mejor que él para una situación de riesgo!? ¡Claro que eso no quitaba que fuera un infiel desgraciado que le había dicho que estaba en gales mientras estaba en un antro de Londres haciéndole una endoscopía con la lengua a una rubia oxigenada! 1

Los ojos se le llenaron de lágrimas, pero acabó negando. Ahora era tiempo de ayudar a su familia, no de andar sufriendo por aquel macho alfa en particular.

Estaba entrando apenas en el estacionamiento del hospital cuando vio pasar a una figura demasiado familiar.

-¿Maddi…? ¡Maddi! -Nahia se bajó del auto enseguida, corrió hacia ella y la abrazó con fuerza. ¿Qué estás haciendo aquí sola? ¿Dónde está mi hermano?

Vio a Maddi negar con lágrimas en los ojos, pero pronto la desesperación fue reemplazada por la vergüenza.

siento, yo… me escapé del hospital -sollozó y Nahia acarició sus

calmarla.

está pasando, Maddi?

cuñada con desesperación – ¡Estoy embarazada! Y

labio inferior para evitar saltar de alegría, porque por más emocionada que estuviera porque el sueño de su hermano por fin se estaba cumpliendo, también podía ver que la mujer frente a ella estaba aterrada. Maddi y James habían vivido momentos muy duros con la pérdida de su primer

vayamos a dar

podemos ir? -suplicó Maddi entre sollozos.

la ayudó a subir al auto y se dirigió hacia la salida.

le había disipado un

dónde te gustaría

pensó por un

mar… al mar al que iba con mi padre cuando era niña…

solo dime

la primera parada para repostar combustible, Nahia llamó a su hermano para que supiera que Maddi

a dónde vamos, solo me pidió que condujera hacia el oeste y que quería ver el mar -le explicó. Me dijo que quería ir al mar donde la llevaba su padre de

bien?” preguntó su hermano con ansiedad.

Nahia. Por lo demás está asustada, James. Me dijo que

que está bien“, replicó James. “Cuídala, por favor… y cuida a tus

hermanito -respondió Nahia-.

no tuviera ni la más mínima idea de a dónde iban, James sí la tenía, así que apenas volvió

más pronto posible para

tan rápido como él lo hacía. Pocas horas después

en el fondo le alegró que Maddi le pidiera un poco de espacio. Se quedó durante un largo minuto mirando el

a punto de vencerla cuando escuchó aquel murmulló de arena arrastrándose a su espalda y se giró para quedar frente a frente con su peor pesadilla.

Aaron…? -balbuceo-. ¿¿Tú qué haces…?

bolsillos con severidad-. Además de traer a tu hermano, vine a intentar entender por

apretó los labios y negó con sarcasmo.

yo no comparto – siseó ella-. No tolero la traición. Así que para revolcarte con putas bien puedes hacerlo

lado intentando llegar a su auto, pero

diciendo que te traicioné? ¿De

una expresión de incredulidad en su

-siseó Nahia con el rostro

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