ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 33. ¡Joder, tienes un doble!

-¡¿Pero cómo se te ocurrió, papá?! -exclamó Nahia furiosa-. ¡Si él va, yo no voy!

-¡Déjame que te explique algo, señorita! -Nahia apretó los dientes cuando escuchó la voz severa y molesta de su padre- “Él” salvó a tu cuñada, a tus sobrinos, y a cuatro bebés, y le quitó para siempre una amenaza de muerte a tu hermano! ¡Así que vas a venir aquí con el resto de la familia a agradecer como se debe, y te vas a comportar porque yo te di una buena educación! ¿Entendiste? (2)

-Sí, papá -murmuró casi sorbiéndose los mocos.

-Solo… trae tu propio sartén porque tu madre tiene intención de esconder los de la casa -susurró Nathan-. Te quiero hija, adiós. 7

Nahia colgó y respiró profundo. ¡Si tenía que ir iría! ¡Pero comportarse jamás! Y eso se hizo muy evidente tres días después cuando llegó a la escuela.

Maddi y James estaban más que emocionados con el embarazo de sus trillizos, pero todos estaban más preocupados por apaciguar a Nahia.

-Baja el sartén… bájalo… le decía su madre-. Trajiste el pesado, ese es de fractura craneal. Yo te enseñé mejor que eso… 3

Es que fractura craneal es lo que se merece el idiota! ¡Ahora que se aguante!

-Pero a todas estas. ¿Qué tanto te hizo? -la interrogó Meli.

-¡Me puso los cuernos! ¡El idiota me puso los malditos cuernos! -vociferó ella enojada.

-Mmmm… ¿qué tan grandes? -preguntó Nathan y Nahia se acabó de descontrolar.

-¡Gigantes! ¡Tipo alce, macho alfa, el rey del bosque, el padre de Bamby, Rodolfo el reno! ¡Así de grandes! -vociferó y su padre hizo una mueca. 3

-Pues eso se ve grande. Que aguante el sartenazo entonces.

-¡Nathan! -exclamó Meli.

-¡Oye, él sabía con quién se metía! -sentenció su marido-. Ahora que se aguante como un hombrecito.

Y como si fuera cosa del destino el timbre de la puerta empezó a sonar.

-¡Que no se meta nadie! -advirtió Nahia empuñando su sartén y caminando hacia la puerta.

Parecía que cada hora de los últimos días su rabia solo había crecido. Abrió la puerta como un huracán en pleno destrozo, tan obcecada que ni quiera se dio cuenta de que el hombre frente a ella volvía a tener barba antes de descargarle el sartenazo que lo landó al suelo agarrándose la nariz. s

-¡Bueno que te pase, para que escarmientes! -Nahia arrugó el ceño al escuchar aquella voz y de pronto vio a otro Aaron asomándose a la puerta-. ¡Hola nena! 5

-¡Aaaaahhh! -gritó agarrando la sartén con las dos manos y apuntándola a él… y luego al que estaba en el suelo… y luego a él-. ¡Joder, tienes un doble! -exclamó con voz ahogada.

sal de la película de ciencia ficción, muñeca, que ya le gustaría a este ser el doble mío -rio Aaron mientras ayudaba a su hermano a levantarse-. Esta preciosura al que acabas de desviarle

se puso lívida.

-¿Gemelo?

que viste en el club, ¡besuqueándose con una rubia en vez de estar cuidándote que era lo que le había encargado! -le gruñó Aaron a Caleb. 3)

con sus palabras. No

o de

el resto del cuerpo y luego otros tres a Aaron antes de tirar la sartén

entiendo -murmuró Aaron-. Se suponía que esto iba

contigo sino con ella misma, pero igual tienes que ir a quitárselo se rio Caleb-. Hazme caso que yo sé mucho de mujeres. (1)

experto en relaciones -se burló

yo follo más.

-¡Idiota!

-Pero me quieres.

ojos en blanco y corrió detrás de Nahia mientras Caleb

o carne, lo que sea para acomodar una nariz

obviamente la barba les resultaba rara cuando lo habían visto hacía

finalmente Nathan se echó a reír.

el alce! -exclamó Adivino. Gemelos.

le regaló un pulgar arriba.

sé qué signifique pero sí, soy el gemelo inteligente -saludó-. Caleb, un placer. (

puso cara de entender y por fin pusieron al tanto a la familia

están?

la dignidad para igualar los puntos rio Caleb-.

Caleb sabía que su hermano jamás se había portado con ninguna mujer como

pero no con él. Si en aquel momento hubiera podido racionalizarlo, se habría dado cuenta

que tenía un gemelo y que éramos exactamente iguales -murmuró Aaron alcanzándola en uno de los jardines traseros de

ella abrazándose el cuerpo

en Gales. Caleb te cuidaba por mí, pero ahora

ella cubriéndose el rostro con las

para acercarla a él-. Pero Nahia tienes que creer en mí. -Levantó su barbilla y la hizo mirarlo mientras los ojos de Nahia se humedecían-. Dios sabe que no soy

-Aaron…

en mí cuando te digo que viviría y moriría por ti! Que mataria

ella y Aaron pasó saliva. James me

contuvo el aliento del miedo pero ella solo

eso… ¡Dios es que ni siquiera quiero irnaginar lo que pudo pasarle a mi familia si no

tener miedo de

Aaron, es… de mi–confesó ella-. Esto ha ido tan rápido, ha sido tan intenso que ni siquiera sé… Las últimas tres semanas he estado ahogándome y no soporto la idea de que eso pueda pasar de nuevo. ¡No quiero que pase!

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255