ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 36. ¡Nahia, no me hagas esto!

Nahia estaba desesperada. Jamás en toda su vida se había sentido de aquella manera y estaba segura de que no había nada que pudiera hacerla sentir mejor. Solo encontrar a Aaron con vida.

Llegaron a Eslovaquia poco después y Caleb ya había organizado todo para que los esperara, unas camionetas todoterreno que pudieran atravesar los bosques de los Cárpatos. Inmediatamente se internaron en aquel entramado de pinos que oscurecía aún más la noche, pero llevaban focos potentes para ver en la madrugada.

Iban además abriendo paso para una ambulancia de rescate, preparada para meterse en aquellos terrenos hostiles.

El equipo de búsqueda seguía con esfuerzo el camino, intentando encontrar a Aaron. La ventisca que había caído hacia unas horas les dificultaba el avance, era tan fuerte que hacía imposible ver a lo más diez metros de distancia, pero ninguno estaba dispuesto a darse por vencido.

Por momentos parecía como si la tierra entera se volviera blanca y silenciosa, luego el viento rompía las ramas, y la nieve se acumulaba con rapidez. Sin embargo, continuaron adelante sin detenerse, sintiendo cada vez mayor angustia conforme pasaban las horas. El rastreador seguía vibrando pero cada vez con menos fuerza.

Finalmente llegó el amanecer, iluminando aquel entrelazado de pinos cortados bruscamente por las alas de un avión en caída.

-¡Alli! -gritó Jake viendo restos del avión destrozado.

Las camionetas estacionaron en el claro que había hecho el accidente y todos se bajaron, corriendo apurados. El avión se había partido por la cola en aquel aterrizaje de emergencia. Había nieve incluso dentro de los dos trozos, cubriendo el interior con una fina capa blanca, y los restos estaban desparramados por el suelo.

-¡Por aquí, hay un cuerpo! -gritó alguien del equipo de rescate.

Todos se acercaron rápidamente, y vieron con horror que era de uno de los pilotos.

-Se fracturó el cuello, seguramente durante la caída -determinó uno de los paramédicos-. Pero, ¿por qué está afuera de la cabina? -preguntó sin comprender.

-Porque allí dentro solo caben dos -replicó Caleb-. ¡Rápido, a la cabina!

Todos se apresuraron y enseguida consiguieron forzar la ya maltratada puerta de la cabina de los pilotos para encontrar dos hombres dentro. Uno de ellos, en efecto, era Aaron. 2

-¡Aquí, rápido! -gritó Jake.

Aaron atrapado entre los restos destrozados de la cabina, completamente inconsciente.

Los miembros del equipo lo sacaron con rapidez y lo llevaron para la ambulancia. Nahia corrió hasta él para abrazarlo mientras lloraba desconsoladamente. Aaron estaba vivo! Eso era todo lo que importaba.

Se subió con él a la ambulancia mientras volvía a ponerse en movimiento de inmediato para poder lievarlos al hospital más cercano lo más pronto posible.

Adentro, los paramédicos trabajaban en los dos hombres tan rápido como podían.

-¿Cómo está? -preguntó Nahia angustiada.

al comprobar lo que temía. La hipotermia había hecho mella en él y su vida podría estar en peligro. Sin

Nahia su voz

que haya sobrevivido a esa caída, así que todo lo demás puede arreglarse. Tiene hipotermia, los dos están igual -sentenció

mano de Aaron y se aferró con fuerza, tratando de transmitirle todo su amor con su calor.

médico hacía todo

de que cada

luz de los destellos de emergencia, vio cómo los paramédicos intentaban restaurar la temperatura normal de Aaron. Uno lo limpió con una solución antiséptica mientras otro colocaba parches calientes

despertarte, amor… tienes que despertarte, por favor, dijo besando una de sus manos, pero en cuanto tomó la otra se quedó muda. Reaccionar fue más duro que despertar de

le indicó sus

tropiezos del camino logró quitarle los dos zapatos. El paramédico respiró aliviado al ver que no mostraban signos de congelación, y le extendió una manta térmica para que le cubriera los pies. Sin embargo no pasaba lo mismo con su mano. Nahia vio que los paramédicos hablaban preocupados y sintió que su corazón se desbocaba.

es lo que está

paramédicos le envolvió la mano a Aaron en una manta térmica y el otro le puso una inyección en la vía de suero.

de recalentar esa mano, pero han sido demasiadas horas en el frío, no se ve

dedos de la mano izquierda de Aaron y

dolerle mucho, es mejor si no está en sus

salvar, ¿verdad?

si llegamos a tiempo pueda

al resto de él, su vida, ¿se va a salvar?

trataron de sonreírle, infundiéndole fuerzas,

eso esperamos, de

Las camionetas iban sin freno por aquellos caminos, y para cuando iban llegando ya Aaron comenzaba a recuperar la conciencia, incluso en medio del aturdimiento de los

Iba saliendo poco a poco de la hipotermia, sin embargo cuando le quitaron la manta térmica, la zona oscura de su mano ya

doctores preparaban el equipamiento para poder tratarlo, Nahia se

va a salir bien, mi amor. Estoy aqui

los ojos y le sonrió

-murmuró

qué te duele, amor?

sus ojos se abrieron como platos al ver el color de su mano-. No… Nahia… ¿Qué…

ritmo se disparó. Enseguida llegaron enfermeras y un médico a

va a hacer? -preguntó aturdido.

muy avanzada. Vamos a insertar un catéter endovascular para revascularizar los vasos sanguíneos dañados de su mano y así restablecer el flujo sanguíneo… pero no puedo garantizarle que

que ya estaba. A Nahia se casi se le detuvo el corazón al escuchar

tiene que hacerlo, tiene que salvar mi mano -gruñó Aaron con impotencia mientras sus ojos se llenaban de

tiene que entender que somos médicos, no dioses, y debemos prepararnos

ya buscaremos otra manera! -gritó él. Sentía que se le iba

que no habrá tiempo de buscar otra manera -replicó el médico-. El tejido necrótico puede infectar todo el cuerpo en cuestión de horas, convertirse en una gangrena húmeda y matarlo de un choque séptico, no hablemos ya de los trombos, embolias, todo lo que puede desprenderse de ahí solo

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