ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 15. 24 horas

Tenía dos opciones, rendirse o persistir. No estaba en la naturaleza de un Orlenko rendirse, pero ¿cómo podía persistir sabiendo que simplemente se había equivocado? Para eso tenía que empezar por perdonarse la burrada que había hecho y tratar de conseguir el perdón de Nahia pero no era tan simple. Porque para empezar ella ya lo había perdonado… pero eso no significaba que quisiera tener nada con él. 2 Apenas pudo dormir esa noche, y al día siguiente intentó darle algo de espacio, así que solo se quedó en el auto mientras Jared se ocupaba de acompañarla. Necesitaba pensar, trazar un buen plan de conquista o algo así… necesitaba demostrarle de verdad lo arrepentido que estaba y lo mucho que la quería. 2 Lo peor de todo era no saber qué estaba pasando por la cabeza de Nahia en ese momento… y por desgracia para él no era nada bueno. Ella estaba apoyada en una pared, esperando a que abrieran el salón para entrar, cuando un grupo de tres chicas se detuvo a su lado, esperando también.

-Es que es completamente otro nivel -decía Vanessa mirando a las otras dos chicas con una sonrisa-. Estos críos de universidad no tienen ni idea, no saben cómo es hacerlo de verdad.

-Pero en un estacionamiento… Vane… eso fue demasiado -replicó una de sus amigas casi con vergüenza.

-¡Ay por favor, a semejante hombre le das lo que te pida donde te lo pida! No sabes lo que es que te folle un hombre como ese -suspiró Vanessa mirando de reojo a Nahia, que apretaba los nudillos alrededor del asa de su bolso-. Creo que podemos decretarlo, no hay mejor sexo que el que se tiene con un guardaespaldas. Honestamente no sé por qué Nahia decidió cambiarlo. 2

Nahia levantó la cabeza y la miró como si le impactara el hecho de que Vanessa no tuviera ni un mínimo de vergüenza.

-¿Disculpa? -siseó.

-Aaron es un muñeco -dijo Vanessa hablándole directamente-. No entiendo por qué lo cambiaste. ¿ Quizás porque está más a gusto acostándose con otra que contigo? 1

La muchacha apretó los dientes pero no se permitió descontrolarse.

-Si no querías que lo cambiara -respondió con tono suave-, entonces debiste esperar al domingo para ofrecértele. Lo cambié porque le pago para protegerme, follarse zorras en los estacionamientos es algo que debió hacer en su tiempo libre. 1

Vanessa exhaló un gruñido sordo y se acercó con un movimiento de rabia, pero en una fracción de segundo Jared estuvo frente a ella, con su mirada severa, impidiéndole el paso.

-Por favor, circule -le ordenó más que pedirle a Vanessa y ella lo miró de arriba abajo.

-Bueno, el nuevo tampoco está tan mal. Quizás pronto podamos verlo en acción.

-Por supuesto -respondió Jared-. Soy un guardaespaldas certificado, tengo autorización legal para usar la fuerza contra quien atente contra mi cliente… así que circula de una m*****a vez o te voy a enseñar toda la acción, de preferencia grabada y divulgada. ¿Eso es lo que quieres? 2

Vanessa abrió mucho los ojos porque aquel hombre tenía cara de que no rompía un plato y hasta parecía amable mientras la amenazaba. Gruñó por lo bajo y se largó de allí, mientras el guardaespaldas se giraba hacia Nahia.

-¿Está bien, señorita King?

-Sí… lo siento por eso.

-Descuide. La gente infeliz tiende a tratar de hacer miserables a los demás. Solo siéntese lejos de ella en el salón y olvide que existe le dijo el guardaespaldas.

-Gracias, Jared.

-Para servirla, señorita.

acercó a él con el ceño fruncido. Lo había visto manejar

a su reemplazo.

puso pesada. Creo que por algo relacionado con usted -respondió

-¿Conmigo?

un estacionamiento

apretó los labios.

soy de los

de clase le dijo que se había acostado con usted

hacer acopio de entereza, repitiéndose que se lo merecía por imbécil. Asintió con un gruñido y se alejó de allí.

Aaron ya sabía que Nahia iría a la cafetería, pero también sabía a dónde iría Vanessa apenas lo viera apoyado

señor guardaespaldas? -preguntó ella con sorna

y Vanessa intentó aguantarse

¿Te gusta estudiar en

un gesto de incomprensión porque no sabía a dónde

una de las universidades más exclusivas del país…

que debió costarte mucho

todos

-preguntó Aaron

quedó mirándolo sin comprender.

-dijo con cautela-. Claro

a darte veinticuatro horas para cambiar de clases. Búscate otras, y procura que absolutamente ninguna de ellas coincida con las de Nahia -le dijo Aaron con voz tranquila pero firme-. Entonces, ¿quieres

amenazando? -gruñó ella

horas para alejarte, y esa será la única oportunidad que te dé -dijo Aaron con el ceño fruncido-. Pero si sigues

se puso tensa, sus ojos se abrieron como platos y

puedes hacer

y no

aun así la vio bajar la cabeza y asentir con la mirada clavada en

-Sí -gruñó.

lo que tienes que hacer: tienes veinticuatro horas -sentenció Aaron con voz tajante y luego le hizo un gesto para que se largara de allí lo más rápido

última mirada de odio y salió de allí para dirigirse directamente a la cafetería. 1 El resto del día pasó tranquilamente, pero si Aaron creía que Nahia estaba fría antes, ahora era simplemente un bloque de hielo.

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