ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 52. ¡Aaron no va a pelear!

Aaron ni siquiera los contó. Soportó estoicamente hasta el último sartenazo porque sabía que se lo merecía y porque ella necesitaba desahogarse. En algún punto aquella madurez tenía que romperse para dar paso a una avalancha de emociones que no era sano contener. 3

-¡Te amo! -exclamó él mientras se encogía al sentir el golpe sobre su hombro bueno.

-¡Dimelo otra vez, idiota y te aseguro que te reacomodo todas las neuronas chuecas esas que tienes, cabrón! -rugió ella alcanzando a pegarle en la cadera-. ¿¡Cómo pudiste dejarme!? ¡Me dijiste cosas horribles cuando yo solo estaba tratando de salvar tu vida! 9

Aaron no intentó defenderse. Ella seguía golpeándolo con el sartén mientras exigía respuestas imposibles de ofrecer, pero cada vez golpeaba más suave y lloraba más fuerte. Aaron se quedó en silencio, sabiendo que no tenía explicación para su comportamiento. Aquello era más grande de lo que habían sido capaces de manejar y él no había actuado de la mejor manera.

El sartén cayó al suelo con un ruido seco, el eco de sus histéricos llantos se alzaba en el silencio que los rodeaba. Aaron sabía que era culpa suya, él había sido un idiota y ella lo había pagado con dolor y lágrimas. Estiró la mano para tocarla pero ella le rechazó con rabia.

-¡No me toques! -gruñó, pero él hizo caso omiso y tiró de su mano hasta hacerla chocar con su pecho.

Nahia se desmoronó y lloró desconsoladamente sin parar. Aaron la abrazaba en un intento por consolarla, susurrándole lo mucho que la amaba, pero sabía que a ella le costaría creerle. 5

-Lo lamento mucho -murmuró besando su cabeza. Aaron contuvo su respiración para no llorar y se sentó en el suelo, llevándola consigo-. No tengo justificación. Me equivoqué… ¡Me equivoqué mucho! Pero te amo. Te amo más que a nada en el mundo, Nahia. Y no importa si estuve lejos o si no te merezco, eso nunca va a cambiar. 3

Muy dentro de él sabía que aquel acto los estaba salvando. Era una especie de liberación para los dos después de aquella separación de dos años.

Nahia se mantuvo rígida, con los ojos cerrados, aquella declaración había sido tan esperada como dolorosa.

-Pues en todo eso tienes razón -siseó ella levantándose-. Empezando con que no me mereces. 3

Nahia se apresuró a limpiar el desorden que había creado, secándose las lágrimas con la mano mientras colocaba el sartén sobre la estufa. Se volvió a mirar a Aaron, y los dos se quedaron inmóviles, como si el deseo de reconectar con el otro se hubiera apoderado de sus cuerpos y ella intentara evitarlo por todos los medios. 1

Aaron se adelantó y tomó la mano de Nahia, mirándola intensamente a los ojos.

-No voy a dejar que nada me detenga -le advirtió con una sonrisa-. Así que aunque no te haya merecido, mejor prepárate, porque voy a hacer lo que sea para reconquistarte. 3

Nahia negó por lo bajo, llevó su mano a la mejilla de Aaron y acarició tiernamente la piel rasgada de su labio con la yema de sus dedos.

das cuenta de que estamos mejor

años, y si antes no sabía cómo hacer para volver… ¡pues ya se me tendrá que ocurrir algo porque te apuesto a que no voy a irme! -sentenció él antes de besarla. 1

de abrirle paso a sus labios, pero la verdad parecía que su cabeza

matando a pedradas emocionales.

Quería

por descansar -dijo él acariciando su rostro con suavidad y la levantó en brazos para ir a acurrucarla al

rondando en su corazón, y cuando la bebé se escuchó por tercera vez en el monitor y Nahia no abrió los ojos por el cansancio, él fue quien se

pudo evitar sonreír al asomarse a la cuna y verla bien despierta. Ella lo miraba con sus enormes ojos negros y su boca emitiendo un ruidito casi imperceptible que desarmó por

la levantó en brazos.

si podrían ser

a beberlo con hambre y se fue calmando mientras Aaron contenía la respiración, esperando ansiosamente a cada trago hasta que finalmente

-susurró palmeando su espaldita y muy pronto la bebé comenzó a

y calentita, Julie se dormía sobre su pecho

en su cuna y salió despacito para no despertar a nadie. Sin embargo apenas se giró hacia la puerta cuando

-preguntó él

está bien. Igual fue lindo verte con

afortunado de verla crecer -replicó Aaron-. Pero que sepas que a ti no salió, no es para nada enojona, cuando está satisfecha

su dirección

eso sí me parece a mí… ¿o tú me ves protestando? -murmuró

hasta que sintió la manito de Kyle despertándolo. Se levantó sobresaltado,

olor familiar, entró a la cocina y allí encontró a Nahia preparando un delicioso desayuno con huevos revueltos, pan tostado con mantequilla, fruta fresca y

verla desenvolverse

los dos -sentenció ella sonriéndoles con suavidad. Y luego a la escuela, príncipe,

no le molestó hacer la caminata de la vergüenza frente a

a la escuela solo, sino que todo el clan Orlenko lo acompañó, junto con un camión que contenía todas aquellas sillas nuevas que habían

se ocuparon de mostrarles cómo se usaban. Los ojos de Nahia se

La calidad de

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