ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 26. Una familia singular

Nahia estaba furiosa. La chica estaba demasiado cerca de Aaron, con los brazos alrededor de él y la cara pegada a su cuello. Tenía los ojos entrecerrados y una sonrisa de satisfacción en el rostro, y Nahia sintió que una rabia repentina y desbordante se apoderaba de su cuerpo. Quería agarrar una sartén por el mango… ¡literalmente!

-Dos preguntas -gruñó acercándose-. ¿Quién es la garrapata y por qué no te suelta?

Aaron le sonrió por encima del hombro de Diana y la muchachita se fue soltando como si de verdad fuera una pequeña garrapata. (1

Diana la miró de arriba abajo con una sonrisa, dándose cuenta de que Nahia estaba cada vez más enfadada y le enarcó una ceja a Aaron.

-¡Uy! ¡Tóxica y psicópata te la conseguiste! -rio dándole un codazo. (a)

-¿Psicópata yo? ¡Tú eres la que tiene un rifle en la mano! -exclamó Nahia.

-¡Exacto! ¡Y aun así tú eres la que me está provocando! ¡Esta no se quiere la vida! ¡Me encanta! -sonrió Diana emocionada y se acercó a Nahia extendiendo la mano-. OK, vamos a hacer la paz, bella. Soy Diana, y soy tan garrapata con Aaron como con el resto de sus hermanos porque son los niños de mis ojos… bueno menos el menor, está en una edad muy mala y todavía es muy hijo de put@. ¿Sabes que la semana pasada me echó mierd@ en los tacones…? -exclamó girándose hacia Aaron. 1

-¡Diana! -la regañó él abriéndole los ojos. 1

-Ya, ya, soy su prima sonrió la muchacha estrechando con fuerza la mano de Nahia-. ¡Y como si eso no fuera suficiente tengo mi propio amor lleno de conflictos por un imbécil que no me hace ni puto caso…! 7

Aaron se cubrió los ojos con una mano.

-¿Y ahora qué pinta Massimo en este entierro? -murmuró. 1.

-¡Pues que hablar de él me emputa bastante y como voy a ir a darle cuatro balazos al estúpido de Borisov, pues me viene bien el calentamiento! ¿¡Tú qué crees!? -rezongó Diana-. ¡Bueno, vamos a lo

nuestro!

Diana se alejó de ellos con una sonrisa de complicidad en la cara, y Nahia supo que iba a hacer algo más loco de lo que ya había hecho.

Miró a Aaron, que la observaba con una mezcla de ternura y preocupación que no pegaba nada con ese corpachón tatuado y manchado de sangre, y se acercó a él con un movimiento suave.

-¿Estás bien? -le preguntó conteniendo el aliento y Aaron se derritió.

-Sí, nena, claro que estoy bien…

¡Entonces ponte una camiseta que nadie más te tiene que andar mirando ya! -siseó dándole la espalda y caminando detrás de Diana. 4

Aaron apretó los labios aguantándose la risa. 2

ser que sí me la busqué tóxica! -murmuró pero definitivamente obedeció.

pero ella entrelazó los

hasta los dientes había sometido a otra media docena

era que quien controlaba ahora la situación era Katerina Orlenko. Nahia se quedó muda al verla, de ancianita nada, era una señorona, de las que te miraban feo

abrazó a su abuela y Nahia sintió también aquellos cálidos a su

hacia su nieto-. ¿Y tú? ¿Por qué no

grabaste -sonrió Aaron.

las apuestas apenas regrese a casa! ¡Tu madre y tus tíos se van a morir de la envidia! -exclamó Katerina-. Pero bueno, vamos a acabar con esto rápido.

aguántame aquí… -dijo pasándole el rifle y

Borisov.

le pasó el rifle a Aaron y miró a la chiquilla con orgullo. 1

¿qué era lo que no te quería dar

a la mujer y la niña que estaba protegiendo

Dónde están?

-repitió Diana-. ¿Dónde

con impotencia viendo la cara feroz de

él sabría separar lo personal de los negocios….

por perderse una pelea de la Bestia Orlenko -siseó Diana avanzando hacia él

no es manera…

se cubrió la boca con las manos y Borisov gritaba

los hombres, que ataron a Borisov a la silla de modo que no pudiera moverse.

los miles que aspiran a un poco de poder que mi padre y yo les damos -sentenció apuntando al otro pie-. Pero ese es todo. Si crees que

le agujereó el otro pie

con rabia poniendo el cañón contra su mano-, se atreva a poner un dedo sobre mi familia y crea que yo lo voy a dejar pasar… bueno, ese es otro gran error.

hoyo y además de gritos

ocurra equivocarse también -disparó de nuevo y Jürguen estaba temblando y moqueando-. Ahora sí, como diría mi tía Nina, ¡ya estás como Cristo crucificado! -La muchacha le puso la pistola en la frente y se inciinó sobre él-. Si mi padre estuviera aquí ya te habría matado, yo,

intentó balbucear y finalmente asintió con angustia.

sótano… están…

Nahia lo siguió apurada. La puerta del sótano tenía candado, pero Aaron la hizo saltar en un

el ambiente mientras tanteaban buscando un interruptor. Aaron bajaba primero y Nahia

encontró el interruptor y la luz se

escena. Jared estaba amarrado en un rincón, herido y ensangrentado, pero a su lado estaban la mujer y la bebé, quienes no parecían estar heridas.

la bebé y su padre estuvieran sanas. La mujer tenía los ojos rojos por las lágrimas y en todo momento llamaba a

posible y Katerina hizo

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