Capítulo 0004

La salida fue algo bueno para Débora, quien se miraba más alegre por lo ocurrido, ya que hasta comieron fuera y Carolina le compró un regalo de cumpleaños.

Al terminar de comer, regresaron juntas al departamento de la castaña, porque Carolina insistió que no la quería dejar sola en la calle.

Las amigas avanzaron con tranquilidad entre risas y charlas, llegaron al edificio de departamentos y tomaron el elevador.

Lamentablemente el agradable ambiente terminó cuando salieron del elevador y vieron a una mujer mayor golpear y gritar la puerta de la casa del departamento de la castaña.

– M*****A MUDA ¡ABREME! – gritaba una mujer mayor de cabello negro platinado, la cual seguía golpeando la puerta sin parar, hasta que noto la presencia de ellas a su lado – TU ¿quién diablos te crees? – declaró mirando con odio a la castaña – ¿por qué no estás en casa? ah… ¿quién te dijo que podías salir? tch… con razón mi pobre hijo sufre por tu culpa.

– Señora Petrovic, si sabe que este es un edificio de departamentos y sus gritos molestan – dijo molesta la pelinegra, al ver que la estaba ignorando.

– Tú cállate, muerta de hambre – le contestó mirándola mal, antes de girarse para seguir hablándole a su nuera —y tu ¿qué diablos esperas? abre la estúpida puerta ¿cuánto tiempo me vas a dejar aquí parada?

Débora solo hizo una mueca y abrió la puerta de la casa.

– Vaya al fin – dijo la mayor ingresando y empujando a propósito a la castaña al pasar por la puerta.

– Oiga – se quejó Carolina ayudando a su amiga, quien negó y dándole una leve sonrisa antes de entrar al departamento y seguir a su suegra.

Al ingresar a la casa la mujer mayor empezó a quejarse de que la casa estuviera sucia y desordenada, aunque eso era mentira, pero para hacer realidad sus palabras empezó a tirar algunos libros y objetos que se encontraba a su paso haciendo más ruido.

– Quiere calmarse y controlarse – dijo molesta la pelinegra – dios… así parece verdulera y no una señora de suciedad como dice ser.

“Caro…” – le llamó asustada, porque no quería que ellas terminaran discutiendo y que su suegra le hiciera algo malo a su única amiga.

– ¿Cómo me llamaste m*****a mendiga? – gritó ofendida la mujer tratando de golpear a la chica, pero esta le sujetó la muñeca y detuvo sus acciones.

– Le llamo como se merece, ya que usted no merece respeto alguno – indicó molesta ella poniendo un poco más de fuerza en el agarre.

– ¡Ah! suéltame, vas a ver voy a llamar a la policía y… —justo en eso tocaron la puerta de la casa.

– Tiene suerte, vieja ridícula – mencionó Carolina liberándola de su agarre mientras que Débora iba a la puerta para ver quién era.

Al abrir la puerta ella se encontró con dos oficiales de policía.

– Buenos días señora ¿usted nos llamó? – preguntó uno de los oficiales.

ellos —arresten a esta mujer – declaró señalando a la pelinegra —porque se atrevió a

– mencionó Débora frunciendo el ceño.

opinó Carolina —pero

me está intimidando, así que por favor,

dijo la castaña frunciendo el ceño.

no es su casa –

varios vecinos se están quejando de usted, señora – indicó señalando a

ATREVEN! ¿ACASO NO SABEN QUIEN SOY YO?

derribar la puerta de mi vecina y no me ha dejado dormir – en eso un hombre rubio se paró debajo del marco de la puerta junto

SE ATREVE… – empezó a quejarse, pero se quedó en silencio y furiosa al reconocer al

se asombró al ver al rubio, quien

cada que usted viene solo molesta a

histérica, ya que parecía que todo

su madre, yo lo haré, porque ni tú

interior de la casa para sujetar a la mayor y hacer que se saliera de

SOY ISABELA PETROVIC, NO PUEDEN

resistencia y… – empezó a decir uno de los oficiales

Roger, ingresando al interior del departamento, dejando que todos notaran su enojo e ira mientras se acercaba

múltiples quejas de los vecinos – dijo

¿Quién se

– dijo el rubio de

Roger frunció el ceño al ver al

madre, porque no me parece justo que venga a gritarle a

ver mamá,

por si no lo sabías este edificio de departamentos es mío y debo recordarte que: odio el alboroto en mis propiedades – declaró mirándolo a ojos – así que… te

… – el pelinegro tenso la mandíbula, ya que no podía contestarle como deseara porque la familia Cooper era la única rival de los

gracias por salvarme, esa muda y su amiga me han insultado – declaró la mujer mayor buscando llorar

Oh dios… pobre señora… una muda le ha dicho groserías, nooo… cuánto sufrimiento – se burló

lárgate de mi casa – le

te puedo enseñar el video de como tu madre ha estado fastidiando la puerta del departamento por un buen rato solo porque

Si tanto te molesta el ruido hubieras

abren la puerta, es porque no hay nadie en casa o me vas a decir que tu esposa no tiene el derecho a salir de casa de

prueba de maltrato y con ese estúpido y dos oficiales de testigos tendría problemas que podrían arruinar su

había llegado y se acercó a

que el asistente de Roger estaba parado a

porque seguiré pendiente – declaró retirándose, no sin

su parte, los oficiales tomaron ese sobre con dinero

Tú igual lárgate, Carolina – ordenó Roger mirando mal a la

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