Capítulo 0005

Tras el escándalo, Roger acompañó a su madre de regreso a su casa, no sin antes amenazar a Débora diciéndole que en la noche hablaría seriamente con ella sobre este asunto.

– Ah… gracias hijo mío – decía aliviada la mujer al llegar al auto – pero ¿cómo lo supiste?

– Fabián recibió una llamada de uno de nuestros amigos de la policía, quien nos informó que estaban enviando a un par de oficiales a la casa – le dijo ayudando a subirse al vehículo – por eso salí de la oficina para ver que habia hecho esta idiota, pero jamás pensé que ese estúpido Cooper tratara de hacer que te arrestaran.

– Oh dios… lo lamento mi amor, pero es que sabes que me enoja que me hagan esperar e igual no pensé que esa idiota saliera de la casa.

– Ni sabía que salía de la casa, pero ya pasó madre y en la noche la regañare por ser tan irresponsable y atreverse a dejarte fuera del departamento, haciendo que pases un mal rato.

– Sí hijo, castígala para que no vuelva a hacer eso de salir sin avisarnos.

Fabián solo escuchaba sin opinar y la verdad se sentía asqueado porque no estaba de acuerdo con esa actitud que ellos tomaban en contra de Débora… pero no podía opinar porque su familia no era tan rica e influyente como los Petrovic.

Débora al verse sola dejó salir el dolor que sentía en esos momentos, empezando a llorar y gritando en silencio, ya que odiaba todo… siempre… siempre era lo mismo.

En eso alzo la mirada y vio el gran desastre que hizo su suegra, en eso busco secar sus lágrimas y endurecer su mirada porque hoy sería la última vez que soportaría esa clase de humillaciones… ya no sería la alfombra o el saco de boxeo de nadie.

Justo cuando estaba por empezar a limpiar, tocaron la puerta de la casa, por lo que busco secar sus lágrimas para atender la puerta, pensando que era Fabián para darle algún mensaje de su marido… algo que siempre hacía o para recibir algún paquete.

Pero al abrir se encontró con una mirada color chocolate, la cual se notaba sinceramente preocupada por ella.

– ¿Estás bien?

“Jayden… ah hola ¿necesitas algo?” – le preguntó ella tratando de verse calmada, pero el rubio solo le sonrío y con su mano derecha buscó limpiar las lágrimas que aún brotaban de los ojos de ella.

– Débora si necesitas llorar hazlo, ese idiota no mereces que te lastimes por tragarte ese dolor que no te deja expresar – indicó mirando que ella rompía en llanto, por lo que él busco abrazarla para calmar su dolor – oye ¿te pego? – preguntó sintiendo como ella movía su cabeza a los lados, negando – eso es bueno, creo que su asistente logró contenerlo, pero dime ¿qué vas a hacer? ¿seguirás aguantándolo?

La castaña se separó un poco y tras secar sus lágrimas le dijo:

“Ya lo decidí: voy a tramitar mi divorcio”

– Eso me parece bien y adivino ¿tu amiga te ayudará?

“Si”

– Si necesitas ayuda, no dudes en pedírmela.

“Gracias Jayden, pero ya sabes yo no…”

– Eso lo sé y te he dicho que no me importa esperar – dijo tomándola de las manos y mirándola a los ojos – pero quiero que recuerdes que lo que necesites: aquí estoy para ayudarte, porque no me gusta verte sufrir.

trató de sonreír mientras asentía, en eso se separó de él y miró a ver el desastre

ese loco se fue, me dejas pasar y así te ayudo a limpiar

“Pero no…”

además así acabaremos más rápido

ella se sentía agradecida de que estuviera a su lado

casa y estaba regresando a la oficina para terminar

indicó al

preguntó Fabián mirándolo por el retrovisor

me está llamado el

– ¿Otro préstamo?

Lo más seguro, dios… en serio creen que les debo algo solo porque Débora es mi esposa – se quejó frunciendo el ceño – al contrario, yo soy quien debería

bueno ¿se los darás?

no, que vean como le hacen porque esa familia es idiota… mira que siempre invertir en

dinero porque siempre busca complacer

no le daré ni un centavo, que vea como

molestar a Débora para que ella te pida dinero en su

me da igual lo que hagan, porque ella jamás me va a ordenar o

le entró una llamada que le hizo cambiar el semblante y ahora contestaba con una

– Hola preciosa.

¿Te interrumpo, mi

jamás lo harás.

la voz al otro lado de la línea sonaba

te oyes

que… am… puedo ir a verte a tu oficina,

no tienes que pedirme permiso para eso.

te veo en tu oficina – declaró

preguntó Fabián, quien escuchó

preparado para depositarle dinero en su tarjeta por si ella lo necesita, tómalo de la supuesta manutención que debo darle

Fabián solo hizo una mueca y

ya estaba esperándolos en el estacionamiento y al ver que Roger bajó del auto enseguida se lanzó

Hola guapo – decía empleando un tono coqueto en su voz, ignorando las miradas que le dedicaban varios empleados y otros solo murmuraban

mi amor ahora dime ¿qué te pasa? ¿por qué está angustiada la mujer más hermosa

contarte, pero… – en eso ella

ustedes ¡pónganse a trabajar o los despido! – le gritó a

solo hizo una mueca y dejó escapar un suspiro antes de caminar hasta el elevador para regresar a la oficina, aunque se

le saludó asombrado de

el saludo muchacho y dime ¿dónde está mi hijo? –

está fuera atendiendo unos asuntos.

esa mujer ¿verdad?

– Si…

Ah… en verdad que no sé qué hice mal para

– Am… señor…

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