Capítulo20

Clara Pérez despertó al día siguiente y vomitó de nuevo.

-Hermanita, recuerdo que solías aguantar bien el alcohol ¿Cómo es que ahora te has vuelto tan débil?– Javier Pérez le entregó agua para enjuagar su boca y luego le dio Resalim plus para que lo

tomara

-Hace tres años que no bebo… De repente, beber tanto, ¡nadie podría aguantarlo!

Clara Pérez sabía que a Alejandro Hernández no le gustaban las mujeres que olían a alcohol, así que desde que se casó con él hace tres años, también dejó de beber.

-Si no sabemos que te has pasado con la bebida, podríamos pensar que estás embarazada-

bromeó Javier Pérez.

-Ja… si estuviera embarazada del hijo de Alejandro Hernández, ¿qué haríais vosotros, hermanos? – Los ojos de Clara Pérez reflejaban un dolor apenas perceptible.

-¿Qué podemos hacer? Claro que te ayudaremos a criar al niño, no importa de quién sea la sangre que corre por sus venas, él es inocente- dijo Javier Pérez, aunque odiaba a Alejandro Hernández con todo su ser. Pero su sentido de la justicia como funcionario judicial era muy fuerte.

-No te preocupes, ¿Alejandro Hernández quiere que lleve su hijo? ¿Quién se cree que es?– Clara Pérez se rió fríamente y tomó un trago de agua para limpiarse la garganta.

-Por cierto, ¿recuerdas lo que pasó anoche?– preguntó Javier Pérez.

-Sí, recuerdo que tuve problemas con Santiago Sánchez, y Alejandro Hernández… ¿vino? Luego no

recuerdo nada.

-¿De verdad no recuerdas nada?

-Bueno… recuerdo que vi a un chico guapo de alta calidad, y que vino a ayudarme. Oh, si no hubiera estado tan borracha, definitivamente le habría pedido su número de Whatsapp.

Anoche fuimos a su nuevo lugar- explicó

el nombre de -el díablo encarnado- Clara Pérez perdió todo interés. -Olvida

siquiera lo

Hernández te llevó al baño de hombres más tarde?– preguntó Javier

Clara

Alejandro y él limpiándote los mocos–recordó

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frio

fuera por tu hermano que llegó a tiempo para sacarte de ahí, ese hijo de

es como Rodrigo Rodríguez-

cabeza con frustración.

-¿Por qué lo defiendes?

lo estoy defendiendo. Aparte de ser frío, insensible, y odiarme, es un caballero–Clara

suspiró, sintiéndose triste.

me iba a casar

eres hija

qué te lo preguntó

mayor y dijo

Pérez se regocijó y sonrió

¡Muere!– Clara Pérez se enojó y le dio un puñetazo en la cara a Javier

preparó un desayuno ligero y saludable,

y preparó una sopa de

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bajó a desayunar con un vestido de seda rosa durmiendo y el pelo

debajo, todavía parecía demasiado sensual y

de repente y apartó la mirada, sin atreverse a mirarla

dos hombres jóvenes y llenos de

y lo rodó por su mejilla

mueca graciosa.

de zapatillas blancas y vestido por tres años. Ahora, quiero usar lo que quiera. ¿Quién me detendrá?– Clara Pérez le hizo una

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