Capítulo64

Clara no llevaba vestido complejo de noche sino llevaba un traje negro, diseñado por ella misma.

En su pecho había un broche de otro diamante amarillo fabricado por Alexa, la famosa diseñadora

de joyas.

Apreció con gallardía y vitalidad. Era su estilo típico. Superó a las damas y las señoritas

fácilmente.

Ellas, eran princesas que llevaban a los más extremos límites del mimo.

Y Clara, ¡siempre era la reina dominante!

Cuando Beatriz vio que Clara se convertía en el foco de todos, la odiaba a muerte.

Justo en este momento inoportuno, las dos damas que estaban a su lado estaban mirando desde

arriba abajo a Clara y conversando mucho.

¡Dios mío! ¿¿De qué familia es la señorita? ¡Qué elegante!

Por suerte es joven. De lo contrario, creía que sería la presidente de algún grupo. ¡Su aura es más

poderosa que la de los hombres!

¿Has visto aquel broche? Era la obra de colección diseñada por Alexa, ¡el Crepúsculo de los Dioses! Hace tres años uno quiso ocuparla con cien millones, ¡pero Alexa le dio un resoplido de desprecio!

¿Qué? ¿El Crepúsculo de los Dioses!

Entre los que conocían un poco de la joyería, ¿quién no conocía a Alexa? ¿Quién no conocía el Crepúsculo de los Dioses que causó agitación cuando se expuso hace tres años?

Beatriz se había enojado mucho y no vio las joyas que llevaba Clara. Ahora la miró con

minuciosidad y la envidiaba más.

Parece que Irene ha sacado mucho provecho del presidente Pérez.

pero al mismo tiempo admiraba

hasta ahora, ¡tus medios son peores

del campo!

dándote oportunidad para que te acerques más a Alejandro,

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¿Por qué has dicho estas palabras

sus puños y los ojos eran

ya esté con Diego, ¿y qué?

Alejandro ya están divorciados,

otra vez de Irene!

de vuestro casamiento,

Ana aún sentía temor.

días es obvio que Alejandro te trata

de los Hernández todavía no te reconoció como la novia de Alejandro y

maneras para evitar que

casa de los Hernández y puedes dormir

entonces eres muy tonta.

la trataba

y, ¿cómo podía

las filas traseras llevando un aroma agradable. Pasó por Ema y

¿dónde va a sentarse esa mujer

sonrisa de la cara de Ema desapareció en seguida. Creía que ya sería bueno

había pensado que avanzaba hacia la primera

más poderosos.

lado y se sintió

mirada. Los dos eran como desconocidos. Ella se

nombre? ¡Ni yo sabía eso! – Rodrigo se

se esforzó para calmarse, frunció las cejas y miró

metros.

una sonrisa en sus labios rojos, su rostro era

a otros acercársele.

un vistazo a él, como si le hubiera tomado

Crepúsculo de los Dioses estaba en su

un golpe a

cuando se celebró el cumpleaños de

de los Dioses para regalárselo. Ofrecí cien millones y le rogué

para que me lo vendiera. Pero no me

ya había caído en las manos de

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