Capítulo168

Leona sintió un escalofrio en su rostro cuidadosamente maquillado y se sintió inquieta.

Además, somos cercanos? No es apropiado que te aferres a mi brazo de esa manera-dijo

Rodrigo con una mirada fría, retirando su brazo con fuerza pero lentamente.

Rodrigo, lo siento, eres buen amigo de mi hermano, te considero como un hermano de verdad, no

tengo ninguna otra intención-Leona explicó rápidamente, temiendo que Rodrigo la odiara.

-Tú eres la hermana de Alejandro, no la mía. Ten más cuidado la próxima vez-respondió Rodrigo friamente, y se dio la vuelta para marcharse.

Hoy llevaba la ropa que Irene le había regalado, no podía permitir que alguien insignificante la

ensuciara.

Leona apretó los dedos con resentimiento, casi haciéndose sangrar las palmas de las manos.

De repente, Rodrigo se detuvo en seco, una mano en el bolsillo de su pantalón, entrecerrando los

ojos mientras la miraba fijamente.

Leona rápidamente mostró una sonrisa radiante, su corazón latía emocionado.

¡Así es, Rodrigo era frío por fuera pero cálido por dentro! ¿Cómo podría no importarle ella? ¡

Seguramente él la tenía en su corazón!

-Realmente no entiendo la moda de las chicas en estos días-dijo Rodrigo bromeando. -He oido

hablar del lápiz labial, pero ¿por qué tienes lápiz labial en los dientes? Es todo un descubrimiento.

Leona se sorprendió. -¿Qué?

hablar del lápiz labial, pero ¿por qué tienes lápiz labial en los dientes? Es todo

y se marchó con

se dio cuenta de lo que había sucedido y corrió hacia el baño para mirarse

enseñar

lápiz labial en

casi

Rodrigo entró empujando la puerta y se sentó en el sofá con las

un comportamiento desenfadado y

+15 BONOS

menar va como una delincuente, siempre me toon sitt ninguna razón, ¿Por qué estás mujeres to freuen un poco de mad Estoy seguro de que trene

Hemigrants come eso

enviado César y levantó la vista

Que lanes aqu?

si están estriado-dijo Rodrigo entrecerrando los ojos y sacando un

de su calit

muy satisfecho contigo mismo-Alejandro funció el

esta mal, después de todo, puedo entrar en la casa de trene, algo que los demás no pueden haver Hodigo dijo perezosamente mientras

dejaron a Alejandro boquiabierto, sus cejas frias mostraron un rastro de

casado con Irene durante tres años,

y abofeteado con fuerza

en ello, más ridiculo y enfurecido se sentia.

apagó el cigarrillo en el cenicero de cristal, suspitó y se puso

el borde de la mesa y entrecerró los ojos mientras

enfrentaba la mirada opresiva de Rodrigo.

a frene, definitivamente la

afilada como un cuchillo, deseando abrir a Alejandro para ver qué tiene de

hombre

tan mal, dejándola sola en

hermano estaba bien, pero como esposo, era

podia

y sus nudillos se pusieron blancos al

olvides que ella ya está con Diego.

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