Capítulo191

+15 BONOS

Clara estaba parada en el centro de la vacía sala de estar, con la habitación en completo silencio

Buscando a tientas, encendió la luz y su voz era urgente y ronca: -¿Hermano? ¿Estás ahí?

En ese momento, se escuchó una voz tenue que venía desde la habitación.

Clara se puso alerta, corriendo rápidamente hacia allí mientras gritaba: -¡Hermano mayor! ¿Cómo estás? ¿Dónde te duele?

…Clara. no te acerques… -la voz temblorosa de Diego se escuchó, con jadeos fuertes y pesados.

-¡Diego! ¿Qué te pasa? ¡No me asustes!

Clara perdió el color en su rostro en un instante, a punto de correr hacia adentro, cuando la puerta se abrió de golpe.

Allí, en la luz tenue, Diego estaba empapado de pies a cabeza como si hubiera sido sacado del mar, su rostro apuesto estaba rojo como el fuego.

Se había quitado el traje y solo llevaba una camisa blanca pegada a su cuerpo musculoso, con el cuello abierto y la piel expuesta en su tembloroso campo de visión, tan roja que hacia latir las

venas.

-Diego… tú…

-Fui drogado… -Diego miró lentamente, a punto de no poder verla claramente–Tomé una ducha de agua fría y me sumergi en agua fría… pero el efecto de la droga es demasiado fuerte… ¡no sirve de nada!

-¿Cómo pudo pasar esto? -Clara estaba llena de ira, pero más que eso, estaba asustada.

Ella era una médica excepcional, incluso podía realizar una cirugia cerebral sin problemas, pero enfrentarse a un hombre que había sido envenenado por una droga de amor, y además era su propio hermano, la dejó sin saber qué hacer.

-Clara…esto es una trampa, sal de esta habitación inmediatamente… cierra la puerta… ¡puedo arreglarmelas solo! -la respiración de Diego se volvió más y más pesada, con los ojos inyectados en sangre. No, no puedo seguir retrasando… ¡habrá problemas!

dejarte atrás… ¡te ayudaré a salir, llamaré un auto y te llevare

Diego en tanto dolor, y estaba

+18 SONGS

corter hacia el para ayudarlo cuando se escuchó un fuerte golpe Diego destrozó

afilado de vidrio y lo apretó con

dedos, sin soltarlo.

con lágrimas en los

no podia soportarlo por

estaba lastimando a sí mismo para

con una mirada devoradora de

banquetes estaba animada con música y

en el frente, y aquellos que querían congraciarse con la familia Hernández

de Julio

personajes no les importaba en el

poco de vino tibio y se sintió de buen humor, por lo que llamó

Leona fueron invitados a sentarse con

del Señor

el ojo a Julio

Hernández

en el refrán

fruncida, pensando para si mismo

pudo hacer crecer tanto el negocio familiar

sus buenos genes. ¿Por qué tendria que elogiarlo

indirectamente?

era joven! En mis años mozos, tenia

que él -Fernando suspiro profundamente,

mi nieto, su fortaleza es su buen corazon, pero su debilidad es su

lo digas, nunca te

ceño inientras tomaba

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