Capítulo192

La multitud se quedo en silencio.

El anciano sonrió de manera juguetona con una sola frase, lo que hizo que los señores de la família

Hernández cambiaran drásticamente de expresión, y Leona casi se atragantara con el té que

acababa de beber.

Abuelo, ¡no digas tonterías! -Alejandro frunció el ceño con una mirada sombría.

Julio también estaba sorprendida en secreto.

-Julio, recuerdo que tenías tres hijas antes, ¿has tenido alguna hija más en los últimos años? –

Fernando preguntó con especial seriedad.

-Aún son las mismas tres niñas. Tengo nueve hijos y ya es suficiente. No tengo planes de agregar

más miembros a mi familia en el futuro.

-Ah, ¿y esas tres hijas ya se han casado?

Julio sonrió ligeramente con cierta incomodidad: -Mi sexta hija, Camila, ya se casó en el

extranjero. Mi hija más joven, Inés, todavía está estudiando y es demasiado joven, todavía es una

niña. Quiero que disfrute sin preocupaciones durante unos años más.

-¿Y qué hay de la otra, la que más quieres? ¿Cómo se llama…?

La expresión de Julio se volvió más suave: -Esa es mi octava hija, Clara.

Cuando escuchó ese nombre, Alejandro tembló ligeramente mientras sostenía su taza de té, su

expresión se volvió aún más sombría.

Clara! Recuerdo haberla visto cuando era muy pequeña.

linda y obediente!

más brillante:

¿ha encontrado ya a su

-No, todavía no…

si la emparejamos

se sorprendió momentáneamente. ¿Qué estaba haciendo el anciano? ¿No

quería casarse con

+15 BONOS

se enfureció al

casado o no tuviera

señorita Pérez

pero Julio frunció el ceño y habló primero: -Señor,

con mi hija. Incluso

de esa manera. Mi hija es una mujer excepcional en todos los

no sea digna

Julio se habría expresado

joven era realmente arrogante.

ser competidores en proyectos comerciales.

valiente, y no se queda atrás en

eran profundos y tranquilos. -Solo que nuestra personalidad no

no hay forma de forzarla. Si tengo la oportunidad de

algún día,

expresión de Julio se aclaró ligeramente. -¿Algún

Lo organizaré

en un papel,

tomó

lo posible para evitar que se casara

de ira. Justo cuando estaba a punto de rechazar

en lágrimas y dijo: -Papá, Alejandro se va a

pronto. ¿No es inapropiado presentarle a

se han

Fernando desapareció repentinamente, y su mirada era intimidante. -Casarse no es diferente a trabajar juntos.

¿cómo verá el mundo exterior a la señorita Pérez? -Ema estaba tan enojada

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