Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Capítulo299

-Te alejas de mi y te enamoras de otra persona en los Estados Unidos, incluso tienes una hija sin decirmelo, aunque no te culpo por eso–dijo Alejandro mientras sus ojos se enrojecían

gradualmente, y sus dedos se encogían hacia la palma de su mano con ira

-Pero, lo que más me da ira es que me hubieras engañado, diciéndome que padecías de una

gravisima depresión. Y usaste esa enfermedad como una excusa para manipularme, tratando de

un matrimonio entre nosotros dos, ¡de esta manera, vilmente engañándome!

-No… no es así… -Beatriz se puso pálida y habló incoherentemente, asustada.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que había cometido un gran error, un error imperdonable.

Cuando mintió sobre su depresión para retener el corazón de Alejandro, nunca pensó en que él y

su madre fueron también víctimas de una dolorosa depresión.

Tenía miedo de que ella siguiera el mismo camino que su madre, por lo que él la toleró y se adaptó

a ella una y otra vez, incluso abandonando a Clara, quien lo amaba profundamente.

nunca pensó que una vez que esta gran mentira fuera descubierta, estaría

y también humillando

alguna vez perdonarla? ¡No

se convirtieron en herramientas para que

se entrelazaban en el pecho de Alejandro, obligándolo a reírse de sí mismo. -Beatriz me has hecho

es así… no es

vez. ¿Cómo puedes usar todo lo que vivieron y compartieron juntos en la infancia como una soga de chantaje moral, colgándola de su cuello como un cuchillo embotado? ¿Realmente alguna

cosa sobre el pasado de Beatriz, y menos aún a enredarse con ella. -César, no quiero volver a ver a esta persona nunca más. Que desaparezca de mi vista

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-Si, señor

+15 BONOS

a Beatriz como si fuera basura y la arrastró hacia fuera

atreves a

extendido

de lástima y gritó histéricamente, con el

que dijiste son excusas para abandonarme! ¡Eres un hombre que

Clara y me dejaste! ¿Qué tiene de bueno esa

se acercó a ti con

te

¡No tienes derecho a

rojos y gritó roncamente a Beatriz: -Si vuelves a

Sánchez no tenga cabida aquí. ¡Vete

una llama y sus palabras duras golpearon a Beatriz