Capítulo356

-Mi relación con Clara es asunto mío, y nadie tiene derecho a opinar al respecto. Ella ha comenzade una nueva vida, por favor, no traigas a colación su pasado y nuestra relación, -sonó una voz profunda como un trueno era Alejandro.

Jimena sentía cómo su corazón latía con fuerza, sintiendo resentimiento, pero también miedo. Las palabras de este hombre, ¿no estaban defendiendo a Clara, protegiendo su privacidad y hablando

en su favor?

-Ada Gutiérrez se ha ido. Si no deseas tocar el piano para los invitados esta noche, puedo llevarte de regreso a la familia Rodriguez en cualquier momento, -continuó Alejandro, retirando su mirada fría del pálido rostro de Jimena, soltando su brazo y marchándose sin mirar atrás.

César hizo un ruido de desaprobación y luego miró a Jimena con desdén.

Pensaba que esta lenguaraz muchacha realmente era la hermana menor del joven Rodríguez. A

decir verdad, ella era un poco irritante.

-¡Hermano! ¡Alejandro! -Jimena llamó a su hermano, pero las primeras dos veces, él siguió caminando hasta que finalmente se detuvo cuando ella lo llamó por su nombre.

-¿Defiendes a Clara de esa manera porque te has enamorado de ella? ¿La tienes en tu corazón? –

Jimena estalló en furia, con su voz se hizo chillona.

-No, no la amo, -respondió Alejandro sin titubear, como si estuviera intentando convencerse a sí mismo de ello un segundo después de haberlo afirmado.

burla, se roba lo que es tuyo y arruina el banquete que has estado preparando con tanto esmero. Ella es perversa, te está

a medida que

emociones. Siendo la consentida de la familia

mano. Así

ahora, por primera

mientras más intentaba acercarse a Alejandro, él

se giró, fijando en Jimena una mirada fría y distante que la dejó paralizada. -Señorita Rodriguez,

problema?

si hubiera sido golpeada por un rayo, sus mejillas se tornaron pálidas,

azules.

ella fue mi mujer en su momento. La única persona que puede

  1. demás no

la noche se tornó

Villa Mar, cogiendo fuertemente al

la lluvia, caminó una

el Hotel Hernández, pero su delgado vestido blanco

estaba empapado.

de peluche en sus brazos permaneció

por una grave ansiedad social, no se atrevió a dirigirse hacia

se coló sigilosamente por la puerta trasera del hotel de

evitando a todos los elegantes invitados, apresurándose por

-¡Detente allí!

detuvo bruscamente sus pasos, su

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255