Mi Frío Exmarido

Capítulo 70

Capítulo 70

Dorian al ver a Amelia girar la cabeza con desconcierto hacia Fabiana, sacudió su cabeza de manera igualmente desconcertada: “No lo sé, simplemente me picó la curiosidad y quería echarle un vistazo…”

Ella lo miró con una mezcla de sorpresa y confusión. Sus dedos acariciaban inconscientemente la pulsera que llevaba en la mano, cada cuenta parecía evocar en ella un recuerdo lejano, una nostalgia incomprensible.

Dorian observaba desde una distancia prudente, sus ojos fijos en las manos pálidas de Amelia que jugueteaban con las iniciales “AM”. No podia apartar la vista, algo en esa imagen lo tenía cautivado.

Fabiana, con una sonrisa en los labios, bromeó con Amelia: “¿No será esto lo que llaman destino? Tu nombre, Amelia, también comienza con ‘A’ y ‘M’. No es de extrañar que hayas encontrado esas letras tan rápido.”

Amelia, un tanto desconcertada, le devolvió la mirada y sonrió con esfuerzo: “Sí, qué coincidencia.”

La mano de Amelia se detuvo por un momento en las letras “AM” de la pulsera, como si tocara los trazos de alguien muy querido. Por un instante, pareció perderse en sus pensamientos, como si algo fugaz cruzara su mente, pero envuelto en una espesa niebla que le impedía ver con claridad.

Dorian seguía alli, en el umbral de la puerta, silencioso, inmóvil.

Fabiana pronto notó la distracción de Amelia y la miró preocupada: “¿Estás bien?”

Su mirada se dirigió hacia la pulsera que Amelia aún sostenía y su mano se movió casi involuntariamente, como si temiera que se lo llevara. Extendió la mano para recuperarlo, pero se detuvo, indecisa, preocupada de que su gesto fuera inapropiado.

Amelia se dio cuenta del gesto vacilante de Fabiana y volvió en sí, mirando avergonzada la pulsera en su mano. Se lo devolvió rápidamente.

“Disculpa, es que esta pulsera es tan único que me distraje.”

Su disculpa fue acompañada de una pausa mientras colocaba la pulsera en la mano de Fabiana. Sus ojos, sin querer, se posaron en el objeto, revelando un atisbo de renuencia desconocida para ella.

Dorian no se perdió ni un detalle de la escena, notando cómo Amelia vacilaba al dejar la pulsera y la tristeza en sus ojos al hacerlo.

regalaría a alguien más. Recordó

y marcó el número de Yael desde

y Camilo, a quienes

a punto de apagar las luces para dormir y se sobresaltó al escuchar la pregunta de Dorian: “¿Por qué

respondió: “Todavía estoy

días han pasado ya?” Dorian preguntó con voz baja y tranquila, sin mostrar signos

no se atrevía a expresar, respondió con cautela: “Ha habido mucho trabajo en la empresa desde que usted no

de

que sabes, dijo

reunido. “Parece que Camilo está pensando en vender su Hotel Grandeza, pero algo no me cuadra. Desde joven, se hizo un nombre en la industria Hotelera, con más de veinte años de carrera, se afianzo en

Capitulo 70

el impulso de crecimiento se vio interrumpido por

el negocio, Dorian lo interrumpió,

sorprendido, pensando que a Dorian le preocuparía más el aspecto comercial de

“¿No investigaste?”, preguntó Dorian.

ese aspecto, admitió Yael honestamente, “pero he recolectado algunas cosas, aunque nada que llamara la atención, así que

Dorian dijo: “Habla.”

han llegado juntos hasta hoy. Se llevan muy bien, no he escuchado de problemas entre ellos. Camilo no es como esos hombres que, al hacerse ricos, abandonan a su mujer por otra,

Dorian preguntó: “¿Hijos?”

hija. El hijo, Otto Samper, tiene 30 años, soltero, graduado de una universidad prestigiosa en el extranjero y tras terminar sus estudios, regresó a ayudar a Camilo en la empresa Como su padre, es un hombre de buena reputación. La hija, Fabiana Samper, tiene 24 años y está haciendo un posgrado en el extranjero, acaba

la familia?”, preguntó Dorian, “¿Es su

la encontró durante un viaje al norte y al no poder localizar a los padres biológicos de la niña, decidieron adoptaria Estaban ocupados con su

inquirió: “¿Cuándo

“Hace diecinueve años.”

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