Mi Frío Exmarido

Capítulo 71

Amelia estaba distraida, sumida en sus pensamientos, hasta que una sombra se cernió sobre ella y por instinto, levantó la mirada para encontrarse con Dorian justo enfrente. Se quedo atónita por un momento antes de preguntar en voz baja: ¿Qué haces aquí?*

“No tenía mucho que hacer hoy, así que pasé a visitarte”, respondió él suavemente, tomando el libro de sus manos. ¿Vamos?”

Amelia asintió levemente: “Si.”

Fabiana también habia salido del aula y al ver a Dorian, se sorprendió ligeramente, pero le saludó con naturalidad: “Hola.”

El movimiento al saludar hizo que la pulsera en su muñeca captara la atención de Amelia, quien se quedó perpleja por

un momento.

Fabiana notó su reacción y su mano vaciló antes de volver a su lado, su mirada ahora teñida de un toque de alerta y aprehensión.

Esa mirada de cautela hizo que Amelia, al volver en sí, mostrara una expresión turbada en sus ojos y sonrió con torpeza hacia Fabiana.

Dorian no había pasado por alto la turbación y la vergüenza de Amelia, ni la pausa y confusión al mirar la pulsera de Fabiana. Su mano, colgando a su lado, se cerró alrededor de la de Amelia, sujetándola firmemente.

Ella lo miró sorprendida.

no la miraba, simplemente sostenía su mano con firmeza, mirando hacia

Fabiana, ¿cuánto pides

tanto Amelia como Fabiana se volvieron hacia

frunció el ceño y preguntó directamente:

respondió: “¿Cuánto

mano, como

siento, pero no

miró

insistió: “No pienses que porque

de reproche se detuvieron en seco al encontrarse con la fría y apuesta mirada de Dorian. Su mano sobresaltada no sabía si proteger o soltar la pulsera y su actitud

no sé de dónde sacaste esta pulsera, pero sabes muy bien que no puede ser tuyo. No estoy gastando este dinero para ser un tonto, simplemente es un agradecimiento por guardarla con tanto

estaba intimidada por su presencia. Ya no tenía la arrogancia de antes, solo estaba mordiendo su labio inferior, sin poder decir una

miró a Dorian y le susurró discretamente, tirando de su ropa: “¿Qué estás

sino que con un movimiento tomó su mano y la atrajo hacia él, protegiéndola con su cuerpo, pero su penetrante mirada aún se posaba en Fabiana, ejerciendo una presión casi como si la forzara

dijo con voz temblorosa: “En verdad es mio, lo he llevado desde que era niña y no voy

era la

observaban confundidos la escena, algunos

ansiosa, tiró de la mano del hombre, bajando

urgencia y la confusión en sus ojos, luego suspiró