Mi Frío Exmarido

Capítulo 112

“Estoy atada con el trabajo allá,” susurró Amelia, “no puedo pedir tantos dias libres.”

“¿Y por qué no buscas trabajo acá en el país?”, preguntó su padre, sin comprender. “Egresaste de una universidad de renombre, ¿qué empleo no podrías encontrar aquí? ¿Por qué insistes en estar en el extranjero? Debe de ser solitario estar allá, ¿no?”

“Es que ella se ha bebido el agua extranjera por años y ahora piensa en emigrar y ser alguien importante, ¿cómo va a querer algo de aquí?”, dijo Blanca con sarcasmo, mientras entraba con la jarra de agua

Fausto frunció el ceño y miró a Amelia: “Meli, ¿es cierto lo que dice tu madre?”

Ella lo miró fijamente: “Papa, ¿qué piensas?”

Fausto se quedó perplejo, incapaz de descifrar los pensamientos de su hija.

Ella lo miró seriamente: “Papá, no tengo planes de emigrar. Solo fui para arreglar algunos asuntos de mi trabajo allá. Volví de prisa porque tenia cosas que resolver aqui.”

Fausto se relajo: “Mientras no pienses en emigrar, todo está bien. ¿Qué va a ser mejor que tu propio país? Aquí al menos estás con tu familia y hay quien te cuide.”

Blanca interrumpio: “¿Volver a qué casa? ¿Cuál es su casa? Una graduada de universidad prestigiosa como ella no cabe en nuestro humilde hogar, que se vaya donde quiera.”

Su padre abrió la boca para hablar, pero al final no dijo nada, solo la miró con preocupación.

Amelia le sonrio levemente: “No te preocupes. No tengo planes de volver a Arbolada.”

“¿Cómo qué no? Fausto protestó, ¿Cómo va a estar bien que una chica como tú esté sola por ahí? Tu madre solo habla por hablar, no te lo tomes a pecho.”

Esta última frase la dijo en voz baja, para que Blanca no la oyera.

Ella simplemente sonrió y luego miró a su padre: “Papá, ¿no ves cómo he vivido todos estos años y cómo has vivido tú? ¿No lo notas?”

Blanca estalló: “¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso te he hecho pasar hambre o frio? Amelia, habla con conciencia.

su furia y continuó mirando a Fausto con voz calmada y suave: “Papa, no quiero que estés en medio de todo esto, pero tampoco quiero hacerme la vida difícil a mi misma. Así que las cosas están bien como están. Me val muy bien afuera, no

los ojos húmedos: “¿Te vas

hasta que te den de alta, pero tengo que atender a unos clientes en estos próximos días. Aprovecharé que están

está tu madre, dijo Fausto, haciendo un gesto con

aclara lo que querías decir. ¿En qué

hablando? Parece animado por aquí,” interrumpió Yael con una

escucharlo y al verlo entrando con frutas, se puso de pie y lo saludo cortesmente: “Sr.

estaba en uno de sus berrinches,

sonrió y saludó:

Fausto y lo saludó con entusiasmo: “Sr.

médico dice que en un par de dias podré irme a casa, respondió el hombre con una sonrisa, sentandose y recibiendolo con calidez, “Sr. Yael, es

de Fausto y dejó las frutas en la

Capitulo 112

un buen momento para disfrutar de la compañía y

empresa está cerca, así que pasé

reloj en su muñeca y se dingió a Fausto: “Papa, ya me voy, ustedes sigan charlando, yo vuelvo otro día

quedó paralizado: “¿Ya se va otra

vez que él llegaba, Amelia se iba, sin importar cuánto tiempo llevase alli. Si él estaba, ella se marchaba antes de tiempo y no podía

a él en particular, probablemente no quería Interactuar demasiado con la gente cercana

respetuosa: “Sí, he estado

“Anda, ve tranquila. Ten cuidado en el camino, descansa y no trabajes hasta muy

descansa, después

cortésmente

tarea pendiente allí, así que despues de charlar un momento con Fausto, se despidió y regresó

llegar, Dorian estaba alli, ocupado frente a la computadora y sin

médico dijo que en un par de días podría recibir

habia sido una tarea

a Amelia cuando informaba, solo se enfocaba en

Dorian simplemente era terco y no queria preguntar, aunque en el fondo quisiera saber, así que intencionalmente