Mi Frío Exmarido

Capítulo 113

Capítulo 113

Dorian soltó un suspiro cansado: “Mejor ve a hacer lo tuyo.”

“Claro” Yael, con un dejo de duda, se retiró, cerrando la puerta de la oficina con una última mirada hacia su jefe.

La expresión de Dorian seguía siendo la misma de siempre. serena y concentrada, aunque algo había cambiado desde hace dos años.

Yael ya no estaba seguro de nada y lamentaba haberse entrometido.

No pudo evitar exhalar profundamente al cerrar la puerta.

De repente, sintió una mano en su hombro.

“¿Por qué suspiras tanto?”

La voz de Rufino lo siguió.

Yael se giró para ver al hombre cuya mano descansaba en su hombro: “Sr. Rufino, ¿qué lo trae por aquí?”

Recordando la última vez que Rufino habia estado alli, incitando a Dorian a ir a una cita, dijo: “No me diga que viene a

arrastrar al Sr. Ferrer a otra cita a ciegas.”

“¿Qué estás pensando? Rufino golpeó la cabeza del asistente con los papeles que llevaba en la mano, “Estamos en horario de trabajo, aqui se habla de negocios.”

Yael miró los documentos, distinguiendo apenas las palabras “Aldea Turistica” entre las hojas.

“¿Qué es esto?”, preguntó, intentando tomar los papeles, pero Rufino lo detuvo, “Son los planos para la aldea turística, se los tengo que mostrar a Dorian y al presidente de la junta.

Dicho eso, retiró su mano de su hombro.

tiempo para charlar, ¿Dorian

el Sr. Ferrer

la puerta de la oficina de Dorian. Tras un sonoro “adelante, abrió

una ceja: ¿Ya te

vistazo a los papeles en manos de Rufino,

hacia Dorian, “Ya salieron los planos de la aldea turistica de estilo tradicional, te los traje

“¿Qué dijeron Cintia y

pero ya que el plan acaba de salir, vine

reviso.” Dorian tomó los planos de Rufino y los puso sobre el escritorio, “Entrégaselos también a ellos, después de

“Eso estaba

y salió de

a mi reunion, cierra la puerta

¡Revisa esos planos cuando puedas, porque si tu padre los aprueba, ya no me

hizo una señal de

siguió su camino hacia la

estaba all,

Capitulo 118

se sorprendió: “¿Cuándo

ocupado.” Rufino se acercó sonriente, “Sr. Eduardo,

para darles un

de arquitectura en sus manos

queriamos hacerlos esperar. Nuestros diseñadores se quemaron las pestañas trabajando varias noches. seguidas para terminarlos. Así que me apresuré a traérselos.” Rufino repartió una copla de los planos a cada

Eduardo tomaron

empezaron a hojearlos, la cara de Cintia se iluminó de

no se perdió el brillo de sorpresa en los ojos de la mujer y dirigió su mirada

su comportamiento, pero la sonrisa en sus labios y la mirada en sus ojos

señora Cintia?” Preguntó con una

terminado de mirar, estaba radiante: “Me gusta, es justo

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