Mi Frío Exmarido

Capítulo 188

Capítulo 188

Rufino fue el primero en reaccionar y empujó a su empleada con suavidad: “Oye, Dalia.”

La chica volvió en sí de inmediato: “Ah, si. La directora Amelia vive en Paraíso Tranquilo.”

Mientras hablaba, sacó su celular y le mandó la dirección exacta a Rufino.

Rufino, sin perder tiempo, reenvió la información a Dorian y cuando alzó la vista, la alta y erguida silueta de Dorian ya había desaparecido en la entrada del comedor.

Dorian subió a su coche y solo entonces echó un vistazo al mensaje de Rufino.

El barrio no estaba lejos de la oficina, pero quedaba en dirección opuesta a su casa.

Con un giro hábil del volante, puso el coche en marcha.

No tardó ni veinte minutos en llegar al lugar.

Alzó la mirada hacia el interior.

Era un complejo residencial amplio, de esos que ofrecen un nivel de vida medio-alto.

Se respiraba un ambiente hogareño y el sistema de seguridad era riguroso; había que registrarse para entrar.

Dorian recordaba vagamente que Amelia vivía en un lugar similar cuando estaban en Zúrich. Se preguntó si sería una preferencia suya.

de seguridad, condujo hacia el interior, siguiendo las indicaciones que Rufino le habia enviado, hasta llegar al edificio número 8, en lo más profundo del complejo. Aparcó el coche y tomó el ascensor. Amelia vivía en el piso quince,

ascensor se detuvo directamente en

alrededores. La distribución era de tres apartamentos por piso, y tanto la decoración

directamente a la puerta 1506 y levantó la muñeca para llamar, con un ritmo suave

estaba tumbada en el sofá, con los ojos cerrados,

vuelto del hospital hacía poco

probablemente el mareo se debía a las largas horas de trabajo recientes, sumadas

mejor, seguía mareada y no muy bien. Además, cuando salvó a Manuel de caerse, se había dado un buen golpe; el codo, las rodillas y

salvado a Manuel; en ese momento ni siquiera sabia que era él. Ver a una persona mayor a punto de caerse había desencadenado su instinto

dieciséis al volver, pero Juego, al tomar el ascensor, recordó que Dalia había dicho que volvería por la tarde para verla. No sabía si realmente lo haría, así que finalmente decidió

alquilado el apartamento de dos habitaciones

trabajar con su hija

Amelia no estaba en casa, ella se quedaba con Frida y Marta, la

12.12

casa, Serena se aferroba a ella y no la

tenía que compaginar estudios y trabajo en Zúrich, aun

No quería atender, pero el

y tras un débil “ya voy”,

un traje negro a medida que acentuaba su aire

¿Dorian?”

qué hacia alli, pero su garganta se

pálido y luego le preguntó: “¿Qué

voz suave, luego miró hacia él, “¿pero qué haces tú

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