Mi Frío Exmarido

Capítulo 244

Amelia sino un instante de rigidez, pero rápidamente se perdió en la marea de pasión que Dorian habia

desatado

El deseo por el cuerpo del otro brotaba con cada profundo enredo de labios y lenguas, incinerando la razón, dejando solo las reacciones más instintivas

Una pasión largamente ausente recorria cada extremidad, cada fibra de su ser.

Ambas, como dos bestias descontroladas se enredaban locamente.

El viento y la lluvia que azotaban fuera se convirtieron en el mejor velo para su frenesí.

Los sonidos que crecian en intensidad resonaban en la oscuridad del espacio, ahogados por el estruendo de la tempestad

El cuello de Amelia dibujaba una curva suave y seductora con cada beso que Dorian depositaba en su cuello, irresistible al tacto.

El frio que se colaba entre ellos causaba una pausa en sus movimientos y un atisbo de cordura volvía a ellos.

Amelia intentó empujar a Dorian, pero en solo un instante, la mano que sujetaba su muñeca se apretó con más fuerza, sus dedos se entrelazaron con los de ella, clavándola en el lecho y su imponente cuerpo se inclinó sobre ella, sus labios se sellaron con los de ella sin dejar espacio para escapar.

El deseo interrumpido se reintrodujo con una fuerza aún más irresistible.

El viento y la lluvia arreciaban, golpeando las ventanas, tragándose todos los sonidos del interior.

precedentes era devorada por la tormenta

noches de tempestad siempre parecen incitar a perder

y Dorian se abandonaron

pasado ni en el

que el cielo

abrazo a Amelia, como en cada noche de sus dos anos de matrimonio, como si el tiempo nunca

si ella nunca se hubiera

silencio, escuchando el viento y la lluvia que todavía

sentía el sudor pegajoso, acompañado por el sonido de un latido fuerte y estable, su respiración se calmaba al ritmo de

su brazo

del abandono, la razon regreso, dejando solo el

que no debería haber pasado, pero en ese momento, ambos eligieron ceder al

sabía qué sentir,

en ciertos aspectos y ella también

seguían solteros, sin compromisos, sin culpas morales

había mantenido su distancia, el haberse entregado les dejaba

oscuridad y la

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cansancio del cuerpo tambien la

con ojos bajos,