Mi Frío Exmarido

Capítulo 288

Capítulo 288

“Abuelita,” Amelia suavizó su voz, tratando de calmarla, “mejor regresa a casa a descansar, ¿qué tal si te visito en un par de dias cuando esté libre?”

Elisa negó con la cabeza de inmediato: “No está bien, quiero irme contigo, si no, en un par de días vuelves a desaparecer.”

Amelia se encontró en apuros y giró la cabeza para mirar a los demás.

Los otros estaban igual de desconcertados, pacientemente intentaron persuadir a la anciana, pero ella era extraordinariamente terca y estaba decidida a seguir a Amelia.

Mientras la situación se tensaba, la voz confundida de Cintia resonó desde atrás: “¿Qué está pasando?”

Amelia estaba de espaldas a ella, enfrentando a Elisa y al escuchar la voz, se detuvo brevemente, sus labios se tensaron ligeramente sin girarse.

Los demás no notaron la reacción de Amelia y todos miraron hacia Cintia y Eduardo, que acababa de bajarse del auto.

“¿Qué hacen aquí?” Petra preguntó con una sonrisa.

“Nos enteramos de que la abuelita había desaparecido y nos preocupamos, así que vinimos a ver,” explicó Cintia mientras se acercaba preocupada, “¿Todo bien? ¿Encontraron a la abuelita?”

“Sí, la encontramos, gracias a la señorita Amelia.”

Petra dijo riendo y luego se giró para mostrarles a Amelia, “Mira, la abuelita no la deja ir.”

“¿Señorita Amelia?”

Cintia frunció el ceño y levantó la vista hacia Elisa, solo entonces se dio cuenta de Amelia a su lado, y su expresión se

endureció aún más.

Eduardo también había cerrado el auto con llave y se acercó, también vio a Amelia y disminuyó la velocidad de sus

pasos.

Petra notó que algo andaba mal en sus expresiones y preguntó con el ceño ligeramente fruncido: “¿Se conocen?”

Cintia quería decir que Amelia era la exesposa de Dorian, pero al ver que Fabiana y toda la familia Sabín estaban presentes, temía mencionar el matrimonio previo de Dorian y crear tensión, así que se limitó a sonreír sin seguir la conversación.

Amelia tampoco dijo nada, no quería quedarse más tiempo y se giró para persuadir a Elisa con paciencia:

“Abuelita, realmente necesito irme, ¿por qué no regresas a descansar?”

Pareciendo percibir el cambio de ánimo en Amelia, Elisa aflojó ligeramente su agarre, con un atisbo de triste

rostro confundido.

Ella se sintió abrumada por la culpa, pero se obligó a endurecer su corazón y no intervenir más.

en su

después de pensar un momento, encontró una solución intermedia: “Entonces, déjame tu número de teléfono, te llamaré cuando tenga tiempo,

sonrisa: “Abuelita, no hace falta, somos muchos aquí, cualquier cosa nos

cállate,” Elisa de repente la reprendió

Cintia se quedó sorprendida.

su enfermedad, la anciana siempre había sido elegante y amable, hablando con voz suave y gentil. No era dada a discutir o insultar, mucho menos a

por la repentina reprimenda de la anciana, se apresuró

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ha estado más enferma últimamente y su temperamento no es el mejor, no te lo tomes

forzó una sonrisa: “No es nada. Solo me preocupaba que alguien

confusión.”

palabras provocarían a la anciana

se giró para empujarla: “¡Vete, vete ya! ¡No permitiré

su reacción y temiendo

Amelia detrás de ella, sin dejar de mirar

tengas miedo, Amandita, la abuelita

nudo en la garganta

conteniendo

a la altura de Elisa y con la voz entrecortada

bien.”

lágrimas en sus ojos, extendió torpemente su mano para secárselas,

había sido consolada o protegida de esa manera y sin

a caer.

Manuel y los demás se preocuparon al instante

buscando una

estaba emocionada por los recuerdos

secar las lágrimas de Amelia, quien permitió que la

su mano y

insistió en que Amelia le dejara su número

quería intervenir, pero recordando la reacción anterior de

dudó, pero al final, bajo la mirada esperanzada de

de Amelia sonó, ella le devolvió el móvil a Elisa:

como una niña y le pidió a Petra que guardara

se despidió de

chofer te lleve

lo detuvo: “No hace falta, tengo

el chofer te lleve donde tu

se negó de nuevo, no quería más vínculos con ellos

Manuel no

llámanos cuando llegues a casa para que estemos tranquilos,”

de Elisa y

ayudó a Elisa a regresar al patio, con

y Óscar se quedaron observando

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Eduardo también permanecian

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