Mi Frío Exmarido

Capítulo 290Capítulo 291

Capítulo 290

Serena tenia el cabello espeso y negro azabache, perfectamente recogido en dos trenzas que se enroscaban alrededor de su cabeza como las coronas de una pequeña princesa de los cuentos de hadas, con un flequillo suave que completaba su encantador look.

Dorian se quedó mirando su cabello absorto, en silencio por un momento, antes de volver a posar su mirada en Serena. La niña estaba tedavia emocionada, contando con sus deditos cuántos muñecos había ganado esa noche.

Capítulo 291

Serena salió de su cuarto y vio a Dorian absorto en la vista desde el balcón.

Con prisa por mostrarle sus juguetes favoritos, volvió corriendo a su habitación, revolvió su armario y sacó un bolso grande, donde metió todos sus juguetes de un jalón. Luego, con esfuerzo, arrastró el pesado bolso hacia la sala.

“¡Señor, señor!”, gritó la niña sin aliento, al ver que Dorian todavía estaba parado mirando hacia el balcón.

Él se giró y no pudo evitar sonreír al ver a la pequeña arrastrando un bolso casi tan alto y mucho más ancho que ella. Se acercó y la ayudó a llevarlo.

Serena se sentó de un golpe en la alfombra del suelo y con entusiasmo empezó a sacar sus juguetes uno por uno, explicándole a Dorian cómo se jugaba con cada uno.

Su concentración hizo que Dorian la observara detenidamente, desde su linda cara hasta las trenzas de su cabello, que después de una tarde de juegos estaban algo sueltas.

Estuvo a punto de arreglarlas, pero se contuvo.

“¿Quién te hizo las trenzas, Serena?”, preguntó con curiosidad.

“Mi mamá,” respondió la niña, su emoción era creciente al hablar de ella. “Ella sabe hacer muchas, muchas trenzas

bonitas.”

Serena gesticulaba con entusiasmo, claramente admiraba a su madre.

Dorian sonrió y suavizó su voz. “Tu mamá es muy talentosa, ¿verdad?”

La niña asintió con seriedad: “Sí, mi mamá es increíble.”

Mientras Serena exhibía su orgullo, él acarició sus trenzas desordenadas y se quedó contemplándola. Sin embargo, no hizo más que jugar con un mechón de su cabello entre sus dedos.

La pequeña Serena no podía resistir el sueño.

Después de tanta emoción, su cuerpo ya no tenía energía para seguir y comenzó a frotarse los ojos.

“¿Estás cansada, Serena?”, preguntó él en voz baja.

La niña, luchando por mantener los ojos abiertos, negó con la cabeza.

Dorian la levantó en brazos. “Ve a dormir ahora y vendré a verte otro día, ¿está bien?”

Serena reflexionó y asintió, pero luego preguntó con preocupación: “¿Y si no puede encontrarme?”

“Mira, te daré mi número de teléfono. Si me extrañas, solo llámame y así no te preocuparás por no encontrarme, ¿está bien?” Dorian susurró cerca de su oído.

“¡Sí!”, exclamó Serena con los ojos brillantes.`

Él sacó su celular. “¿A quién le guardamos el número?”

“¡A mi mamá!”, dijo Serena sin dudarlo y tomó el celular para marcar.

“¿Sabes escribir los números?”, preguntó él.

“Claro, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9…” Serena recitaba mientras marcaba con cuidado una serie de números en el teléfono de

Dorian.

Dorian miró la pantalla, donde apareció una serie de números desconocidos pero fáciles de recordar.

“Listo, dijo Serena, orgullosa.

229 2

Él marcó el número y puso el teléfono en su oído.

La llamada se conectó pero nadie respondió.

Al ver que no contestaban, Serena se volvió hacia Marta y dijo: “Entonces, guarda el suyo.”

trabajando, ella pasa más tiempo conmigo.”

Dorian asintió, pasándole una tarjeta de visita: “Aquí tiene mi información de contacto.”

Marta recibió la

nada.” Dorian respondió con sencillez mientras miraba a Serena, que ya luchaba por mantener los ojos abiertos, y le advirtió con voz suave, “Si alguien más te pide tu número de teléfono como lo hice yo, no debes dárselo a

asintió confundida:

desconocidos ni llevarlos a casa,

que su mamá le había dicho que podía ir con el señor bonito,

era más fuerte que su capacidad de formular oraciones. Con un murmullo de “vale” se acurrucó en los brazos de Dorian y se quedó

cuidadosamente en la cama y le colocó la cobija encima, observando su rostro

un vistazo involuntario alrededor de la

infantil sencilla

cuarto de Serena, notó que Marta estaba en la sala recogiendo los juguetes que Serena había sacado en un gran

que antes estaba desordenado, ahora estaba

tenía habilidad para cuidar niños y

preguntó con una sonrisa cortés: “¿Serena ya

“Si.”

y echó un vistazo

bien. Muchas gracias por todo esta noche, Sr.

con aparente despreocupación, “¿Serena

la intensidad de la mirada de Dorian, ella sintió algo y confundida, giró la cabeza

dijo con curiosidad cuando vio que Dorian la miraba

botín sobre la silla, le preguntó con voz suave: “¿No crees que ya es hora de volver a casa,

el acuerdo que habían hecho de media hora

vuelta para

brazos solo podían

mueca el resto de los muñecos y sin pensar en pedirle ayuda a Marta, miró a Dorian con sus grandes ojos llenos de duda: “Señor,

miró y asintió

había estado jugando con su teléfono, rápidamente guardó el dispositivo al escuchar su conversación y se

preocupes, señor, yo le ayudaré a

para recogerlos, pero Dorian ya se había levantado:

los muñecos y luego se agachó para levantar a Serena en su

y abrazando a Dorian con la otra,

iría a su casa.

contar, mi casa

círculo con

tenía muy claro qué tan grande era eso, pero sabía que su casa era mucho

reírse con su exagerada forma

de sus palabras, asintió

de darle indicaciones a Dorian: “Por aquí,

ese lugar muchas veces, pero cada giro y cada camino le eran

Dorian se tornaron más profundos y sombríos a medida que se acercaban

vivía

འ ཇ ན

en la entrada que Serena había

el ascensor y

a Dorian hacia

la miró

y seguia asomándose curiosa hacia el interior, asegurándose de que

70.52

también los seguía.

Serena se inclinó

se abrió y Dorian, aun cargándola, entró seguido

botón

y no mostró ninguna objeción al piso que Marta

seleccionado.

detuvo rápidamente en

su casa, Serena salió del ascensor y señaló la puerta de su hogar

familiaridad:

mira, esta es mi

que tenía un diseño completamente diferente al del departamento de Amelia

giró para mirar a Serena, quien aún estaba emocionada por la visita de Dorian y se inclinaba ansiosa

montones de juguetes, luego te los

sonrió

la llevó hacia la puerta de

puerta tenía una cámara de vigilancia, que parpadeaba suavemente

a la mirilla, pero su mirada no

seguía pegada a su celular, monitoreando las cámaras. La manera en que Dorian observaba la pantalla le recordaba aquel encuentro fortuito en Bariloche con ella y Serena. Después de no

en aquel entonces su mirada era fría y penetrante, como si llevara hielo en

serena, pero esos oscuros ojos todavía eran profundos y distantes, como un

sombrío.

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255