Niña en sus ojos Reina en su tierra

Capítulo 403

“Ya verán, los dias de mala suerte de su familia todavia están por venir”

Sin Jazmin, la consentida del destino, la suerte de la familia Alcaraz no cambiarla.

Lo que esperaria a la familia Alcaraz era solo una inevitable tendencia a la decadencia

Nadie, excepto Jazmin, podia cambiar eso.

Después de dejar esa poco auspiciosa predicción, el Sr. Sevilla también se fue.

El Sr. Cespedes habia estado observando todo el tiempo y ahora no había nada que no entendiera.

La chica que antes pensaba que era bastante buena resultó ser otra hija de Santiago Alcaraz

Pero esta hija parece no ser muy valorada, actualmente su relación con la familia Alcaraz no es muy buena.

Después de que se fue el Sr. Sevilla, al Sr. Céspedes tampoco le apetecia seguir dando vueltas, funció los labios y dijo: “Ya que el Sr. Sevilla se fue, no hay mucho que ver aqui. De repente recordé que tengo cosas que hacer, Sr. Alcaraz, mejor nos vemos otro día.”

En la casa de los Real.

Después de bajarse del carro, Elio comió rápidamente hacia el patio de Héctor para preguntarle a Fabio que había pasado: “¿Cómo es que el abuelo de repente se desmayo?”

“Esto… eso no lo tengo muy claro.” Fabio lucía algo evasivo, con la mirada baja y titubeante. “Después de comer, el abuelo de repente dijo que sentía un poco de opresión en el pecho y se desmayó.”

los ojos al oir las

¿simplemente se

Algo andaba mal.

solo fue una sopa ligera con algunos platillos. Al ser Interrogado

era

esperaba que no descubriera que el

Eso seria embarazoso.

mirada profunda, Jazmin funció aún más el

la residencia de Héctor

y la luz

que Jazmin entrara primero, y luego la siguió

acercó a la

བ རྒྱུ ལྟ རྞརྗ ན གཽ རྒྱུ ཞ ཋ ཏྱཾ ༔ ཋ

con los ojos cerrados, su rostro lucia saludablemente sonrosado, y su respiración era

de pie junto a la cama unos segundos antes de darse vuelta para irse

mano para detenerla:

Era verano.

manga corta, dejando al descubierto un tramo de su

La cálida mano

la temperatura de la palma

poco

ligeramente el ceño y bajo

con sus oscuros ojos fijos en ella: “¿A dónde