Capítulo 703

Ahora que lo pensaba, este lugar si que parecia la ciudad utópica de la que hablaban los adultos.

Cuando era pequeña, Fernanda no entendía, pero ahora, observando, el centro de esta ciudad parecia tenerlo todo.

No solo contaba con el mayor centro comercial, sino que la gente que venia a esta ciudad era de lo más variada, bastaba con mirar esta calle para ver personas de diferentes tonos de piel por todas partes.

Pensar en escapar de esta ciudad esquivendo los espias de Oriol, era prácticamente caer en su propia trampa.

“Sr. Lobó, hemos llegado“.

¿Llegado?

El viaje durò diez minutos, eso significaba que la villa de Oriol deberia estar justo en el centro de la ciudad.

El conductor le abrió la puerta a Oriol y luego Fernanda también bajo del auto.

Ante ellos se presentaba una imponente torre de reloj, en cuya base se extendia una enorme plaza, rodeada de edificios que imitaban la arquitectura del siglo pasado, algo mucho más grandioso de lo que Fernanda habla Imaginado.

En ese momento, Oriol chasqueó los dedos.

Fernanda funció el ceño, todavía sin entender el propósito de Oriol al hacer

repente, la enorme torre de reloj y los edificios conectados a la plaza encendieron sus luces al

todo San Cristóbal Alto como

yo lo digo, el dinero de aqui, es tanto como yo desee, si quiero que

de Oriol, Fernanda sintió

dueño absoluto de

y preguntó: “¿Qué se supone que debo hacer aqui?”

tienes que hacer lo que te diga, no te preocupes por el

por el cabello a Fernanda, quien ese día se habia arreglado de manera sencilla, con un maquillaje suave, sin embargo su belleza

reloj, sintiéndose más nerviosa con cada paso, pero sabiendo que teniendo la oportunidad de entrar en las empresas del Grupo

Fernanda, bajo la guia de Oriol, se convirtió en una de las primeras clientes en entrar. Cada local contaba con croupiers profesionales y muchos guardias de seguridad. Desde el primer hasta el segundo piso, este era el paraiso de los ricos, y apenas entró, Fernanda sintió que no

los resultados del

pasado“.

desinteresado; camino hacia una mesa y preguntó: “¿Sabes jugar a

dados?”

“Un poco“.

un gesto para que la mujer que estaba en la mesa ce retirara.

la indirecta

miró a Femanda, diciendo:

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