Capítulo 905

La empleada dijo: “El señor también tiene que salir a menudo a atender asuntos de la empresa, así que tampoco está en casa a menudo“.

Y hoy está en casa?”

“ÉL…”

*¿Qué pasa? ¿Acaso hoy todos salieron juntos?”

La abuela Borrego, con el rostro frío, dejó a la empleada sin otra opción que decir: “Aunque el señor está en casa, ahora mismo está atendiendo asuntos de trabajo, quizás no sea conveniente…”

“Después de todo, soy una invitada de la familia Parra, pero al llegar a la familia Parra, casi nunca veo al anfitrión, ¿qué clase de situación es esta? No soy una persona irrazonable, ve y dile al joven y si no quiere verme, entonces empacaré mis maletas y me iré de inmediato a Laguna Verde“.

La actitud de la abuela Borrego era firme y aunque la empleada estaba en una posición difícil, no tuvo más remedio que ir a pasar el mensaje.

En el dormitorio, Jeronimo estaba colgado boca abajo de la pared, murmurando fórmulas de economía financiera.

La empleada entró, y al ver a Jeronimo así, no pudo evitar quedarse atónita: “Señor… ¿Por qué está colgado

de nuevo?”

el momento justo,

estaba claramente adolorido, mientras que Sebastián, desde la distancia, comentó

puedo aguantar más! ¡Voy a

caes, te levantas

“¡Sebastián! ¿Eres humano?”

de hablar, Patricia dijo: “Sr. Borrego, mejor dejemos que el señor descanse, la

“¿Verme?”

cayó al suelo:

porque no ha visto al

de Sebastián, Patricia había suavizado mucho sus

en silencio por un momento, sin

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los pensamientos de su abuela.

que la mandara de vuelta a Laguna Verde, la abuela tenía un carácter de nunca rendirse hasta conseguir lo que quería, incluso el abuelo Parra con

podía hacerla

verla?” Jeronimo estaba algo preocupado: “No quiero ver a

indiferencia: “Ve

se quede en mi casa? ¿Que no persiga a mi papá porque a él no le gusta? ¡Ella me va a

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