Capítulo 68

Sabrina terminó la llamada y apretó sus prototipos contra su pecho con fuerza. Respiró hondo y exhaló con fuerza en un intento de liberar el cansancio que se había estado acumulando dentro de ella durante todo el día. Luego, bajó las escaleras y se dirigió al metro.

Como Javier estaba ocupado hoy, no podía llevarla. Sabrina se alegró. No quería que la pusieran en una situación en la que tuviera que explicar por qué su jefe la estaba llevando a través de la ciudad.

Llegó a la entrada de la Torre del Grupo Santander.

Debe ser su día de mala suerte porque fue cuando se volvió a encontrar con Fernando.

Sabrina trató de fingir que no vio al hombre. Aceleró el paso, se dio la vuelta y se dirigió hacia la estación de metro.

La Torre del Grupo Santander estaba ubicada muy convenientemente cerca de la estación. Sin embargo, las fábricas a las que tenía que dirigirse -estaban dispersas por toda la ciudad. Le tomaría algún tiempo hacer sus

rondas. Todo lo que Sabrina pudo hacer fue darse prisa.

Sin que ella lo supiera, Fernando la había pillado escabulléndose hacia la estación.

Sus ojos oscuros miraron el rayo de sombra que se precipitaba en la distancia y se oscurecieron.

Los brazos de la joven estaban llenos de ropa. ¿Estaba trayendo trabajo a

casa?

La curiosidad brilló en los ojos de Fernando. No pudo evitar volverse hacia sú asistente, Ramiro. “¿Tienes alguna idea de adónde va?”

su rostro mientras una nota de incertidumbre se

a su asistente.

¿Sabrina Bracamonte?

sorpresa coloreó los ojos de Ramiro. Empezó a escanear el área, buscando a Sabrina. No pasó mucho tiempo

era Sabrina.

por qué Fernando se sentía tan atraído por la joven. Recordó

una vez.

causado tanta impresión

importaba lo que pensara de ella. Fernando estaba interesado en la joven, lo que significaba que era su

ver en el

los ojos de Fernando se apagó tan

eso.

dijo. Él había preguntado en el calor de

podía creer lo

en saber hacia dónde se

momentáneo. “Sr. Santander, ¿seguiremos reuniéndonos con el

Fernando tenía trabajo que

era solo una de las muchas mujeres con las que se había topado

alguna manera, parecía

cabeza.

señor.” Ramiro asintió de

se sentó en su Bentley, reflexionando sobre el

dos se habían ido por

fuera el mismo. Fernando se reunía con Jamerson en su fábrica, mientras que la primera fábrica en la que Sabrina dejaba los

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