Evrie estaba segura de que había tenido alucinaciones al escuchar la voz de aquel hombre.

Quería decir algo, abrir la boca y hablar.

Pero todo se volvió oscuro a su alrededor, y perdió el conocimiento.

Cuando Evrie despertó, había un alboroto ensordecedor a su alrededor. Miró y se encontró acostada en el sofá del salón.

Varios policías la rodeaban. Abrió los ojos y vio manchas de sangre seca en su brazo.

Al ver que había despertado, uno de los policías le preguntó: —Señorita, ¿está bien? Alguien llamó a la policía diciendo que aquí hubo un asesinato, usted debe ser la involucrada, ¿verdad? Acompáñenos a la estación para tomar su declaración. —

Apenas terminó de hablar el policía, se oyó la voz ronca y furiosa de Marcela desde afuera.

—¡Qué tanto se meten si solo le pego a mi hija adulta! ¿Acaso no puedo educar a mi propia chica como me da la gana? ¡Esta mocosa se atrevió a llamar a la policía, voy a matarla! —

El patio estaba revuelto, con un ruido incesante.

Curiosos se habían congregado alrededor para ver qué pasaba.

Apenas Evrie salió de la casa con los policías, Marcela la vio, sus ojos se inyectaron en sangre como si fueran a estallar, y levantó la mano para abalanzarse sobre ella.

—¡Evrie, tú zorra! ¿Te atreves a llamar a la policía? ¡Voy a acabarte! —

—¡Detente, no te muevas, no la golpees! — gritaron los policías tratando de detenerla, pero no sirvió de nada.

Marcela, bloqueada firmemente por varios policías, miró a Evrie con locura y de repente se echó a reír.

a tu madre, eh? ¿Quieres verme muerta, verdad? ¡Pues espera y verás, te arrepentirás por

se giró y corrió hacia el cobertizo, agarrando una botella

derramaba por las comisuras de sus labios, desprendiendo

está tomando el

mío, eso es veneno mortal!

de par en par, incrédula, y gritó: —¡Mamá!

la botella de pesticida a Marcela, pero ya había tragado varios sorbos, y

¡Pues ahora te lo voy a

sacó un cuchillo y se lo pasó por las

de inmediato, cayendo al suelo con un

petrificada en

¡Está loca!

loca que no

se volvió caótica en segundos, y Marcela, con un ruido sordo, soltó el cuchillo y cayó al

hospital para

la gente a su paso, solo

zumbando.copy right hot

pueblo, donde le hicieron un lavado de estómago y le curaron

sentó fuera de la sala de emergencias,

sido impredecible, pero nunca imaginó que llegaría tan lejos, hasta el

a

primero incapacitaste a papá, y ahora vas

lo miró con incredulidad. —¿Qué quieres decir con eso?

que estaría así? Solo te agarró del pelo y te golpeó contra el armario un par de veces, ¿y por eso llamas

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