—Claro que sí, apenas se graduó y ya le conseguí este arreglo, ella en la escuela siempre fue una estudiante ejemplar, nunca ha tenido novio, es pura e intachable.—

El joven parecía claramente complacido y les hizo una señal a sus padres con la mirada.

—Entonces ya está decidido, no vamos a buscar en otra parte, nos quedamos con la estudiante destacada de tu familia.—

Los padres del joven eran bastante generosos, sacaron dos fajos de billetes y los pusieron sobre la mesa de centro —esto es el anticipo, ya hemos quedado en eso, ¿eh?—

Marcela casi no cabía en sí del gozo, les felicitó efusivamente a los padres del chico, elogiando su buen ojo.

Los visitantes tenían más quehaceres, por lo que se marcharon rápidamente con su hijo, dejando para otro día la conversación sobre la fecha detallada de la boda.

Marcela los despidió y al volver a la sala, tomó el dinero del anticipo de la mesa, sonriendo tan ampliamente que parecía no poder cerrar la boca.

Pesó el dinero en su mano, ¡eran veinte mil pesos!

Pum—

La puerta del dormitorio se abrió de golpe y Evrie salió con el rostro tenso, arrebatando de un tirón el dinero de las manos de Marcela.

—Mamá, no me voy a casar, devuelve ese dinero, ¡no te esfuerces en vano!—

—¿Qué dijiste?— La cara de Marcela cambió de color en un instante.

—¡Dije que no me casaré!—

Marcela, enfurecida, se llevó la mano al pecho, murmurando maldiciones.

—Evrie, no me respondas, te he mantenido, te he vestido, te he enviado a la escuela, ¿todo para qué? Para este día. El muchacho es funcionario, con un puesto seguro, y su familia tiene dinero. ¿En qué no es suficientemente bueno para ti? ¿Qué, dos años de estudio te han vuelto tonta o qué?—

—Además, hay tantas necesidades en casa, si no te casas, ¿de dónde sacaremos el dinero para que se case tu hermano? ¿Puedes conseguir quinientos mil pesos?—

Evrie mordió su labio, sus dedos se apretaban en su palma con fuerza.

El dinero que tenía fue arrancado bruscamente por Marcela.

—No sirves para nada, solo sabes contradecir todo el día, te advierto, no pienses que puedes salirte con la tuya. ¡Tengo tus documentos y más te vale comportarte!—

Al oír hablar de sus documentos, Evrie inhaló profundamente y suavizó su tono suplicante.

ganaré mucho dinero y enviaré dinero a casa. Ahora realmente estoy en una situación difícil, ¿puedes esperar un poco más, por

—¡Paf!—

le propinó una

cabeza por el golpe, sintiendo un ardor intenso en la mejilla y un zumbido en el oído que tardó

tenido una mano pesada, y ella

no pudo evitar que sus ojos se

saliva, se volvió hacia Óscar

Acabo de graduarme, realmente no puedo casarme. ¿No puedes conseguir esposa por tu cuenta? Ya me están arrastrando al abismo, ¿quieres arruinar

momento, sintiendo que

—Mamá, mejor dejémoslo así.—

en todo el pueblo, quien tiene una hija, tiene una fortuna, especialmente con

pronto, ¿vas a querer quedarte

Óscar se quedó callado.

podía permitirse el lujo de

un hombre mayor que no encontraba esposa era motivo de

fondo, le guardaba

guardado rencor

helado a Evrie aquel día, Pablo no habría tenido el accidente, no estaría paralítico en la cama, y no tendrían que vivir con

así, la habían apoyado para

que

Era su deber.

se dio la vuelta y regresó a su habitación,

la situación. En esta casa,

cerró los ojos, sumida en

a empacar sus maletas,

ya! ¿Qué estás haciendo?— Marcela la

tono frío—Busco mi certificado de

ingrata, ¿te atreves a hurgar en

su brazo y le dio otra bofetada en la cara a

volvió a atacar, y Evrie aguantó la

ya, me

y tiró para sacarla, Evrie sintió un dolor punzante en el cuero

mi certificado

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