En la oficina del subdirector.

Farel tocó dos veces la puerta y, al escuchar un “adelante” desde adentro, empujó la puerta y entró.

—¿Me buscaba, director Santos?—

Detrás de un amplio escritorio, el subdirector Norman Santos se levantó al oírlo y señalando la silla frente a él, comenzó con una sonrisa.

—Dr. Farel, siéntate primero.—

Farel no se anduvo con rodeos, se sentó en la silla de cuero frente a él, con su bata blanca bien alisada, que no lograba ocultar la expresión de indiferencia en su rostro.

Norman le sirvió un vaso de agua, regresó a su asiento y, tras pensar un poco, preguntó con cautela:

—Escuché que tienes una novia, ¿es cierto?—

Farel esbozó una media sonrisa, con un tono frío y respondió: —Parece que su hijita ya se lo ha contado.—

Norman movió la cabeza con resignación y suspiró: —Esa chica está loca por ti, insistió en perseguirte y no pude persuadirla, así que la dejé ir. No esperaba que te causara tanto problema. Lo siento mucho.—

—Director Santos, me imagino que no me citó solo para disculparse, ¿verdad?—

Al verse descubierto, Norman dejó de fingir.

—Dr. Farel, ¿realmente no vas a seguir trabajando con Margarita? La chica realmente quiere aprender de ti, ¿por qué no le das otra oportunidad?—

—Director Santos, la oportunidad solo llega una vez, y ella ya la tuvo. —Farel habló con apatía, sin mostrar la menor emoción— No me interesa ella, y menos aún estar con ella. Tenerla cerca solo me traerá problemas. ¿No cree?—

Norman exhaló un leve suspiro: —Ya veo.—

Hizo una pausa y luego preguntó: —Y la chica de la sala de emergencias, la que tuvo la hemorragia estomacal…—

—Lo mismo. —Farel no cambió su expresión— Nada va a pasar entre nosotros.—

Norman suspiró de nuevo, con un tono ligeramente más melancólico.copy right hot novel

que te rompieron el corazón hace tiempo y todavía no te has recuperado. Has

los labios, sin

quería recordar esos

nada más,

asintió: —Está bien,

que

sala de descanso de detrás, su rostro con maquillaje

ir sin

vez que él ha tomado una decisión, no es fácil cambiarla,

Margarita estaba insatisfecha—

desanimó cruelmente— Su ex-prometida lo lastimó mucho y no se ha recuperado. Me temo que ha

este asunto por primera vez y no pudo

prometida? ¿Qué clase de mujer pudo herirlo tan

persona de la

levantó la barbilla, murmurando en su

lastimado y también

tampoco tiene oportunidad, no es más que un

es un pasatiempo, siempre llegará el

rápidamente y fue dada de alta

el alta, Leandro Reyes fue a recogerla y se encargó

avergonzada: —Maestro, le devolveré el dinero en cuanto

poco dinero, ¿para qué preocuparse?— Leandro sonrió guardando la factura

así, debo devolverlo. ¿No dijiste que entre hermanos

esto, Leandro la miró de reojo y sonrió sin

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