Evrie se asustó tanto que negó con la cabeza inmediatamente.

Aquella noche, Farel la había cansado tanto que se había quedado sin energía, estaba segura de que no volvería a ocurrir.

Viéndola tan sumisa, Farel se levantó de encima de ella, tomó una toalla y la envolvió con ella antes de acostarla en la cama.

Él se tumbó al otro lado de la cama, sin mostrar intenciones de irse.

Ambos estaban alojados puerta con puerta, apenas a unos pasos de distancia. Evrie, vencida por el sueño, cerró los ojos y se quedó dormida sin darse cuenta de cuándo Farel se había marchado.

Al día siguiente, Evrie fue a trabajar como de costumbre.

Leandro tenía el día libre y se ofreció a llevarla en coche al sitio de construcción. Pero a mitad de camino, el coche se averió.

El proyecto de construcción estaba a punto de comenzar y había una cimentación importante que necesitaba la supervisión directa de Evrie. Para no perder tiempo, decidió ir al sitio por su cuenta.

Por suerte, no estaba lejos, así que podía ir a pie.

Aunque Leandro estaba preocupado, viendo la pasión y el coraje de Evrie por su trabajo, asintió.

—Ten cuidado en el camino, por favor no te desvíes y lleva siempre tu distintivo y tu tarjeta de trabajo, no te las quites.

—Claro, maestro, nos vemos en la construcción.

Evrie se puso obedientemente la tarjeta y el distintivo especial en su ropa y se dirigió sola al sitio.

La zona estaba llena de parques empresariales y no había mucha gente. A ambos lados, arbustos altos ocultaban la mayor parte de la vista.

mujer salió

cuanto

le resultaba familiar. Evrie se giró y al ver el rostro de

¿Qué hacía

directamente a ella y, sin esperar a que Evrie le dijera nada, fue al grano: —Tengo algo que decirte,

y se dio cuenta al instante de

tanta precisión, seguramente el fallo del coche de Leandro también

y no quería enredarse con ella —Lo siento, no tengo tiempo ni nada

pensar mucho para saber que Margarita no

no iba a ser tan tonta como para seguirla.copy right

su camino hacia el

que Evrie no iba a obedecer fácilmente y

esta foto, ¿te suena

echó un vistazo de reojo a la foto y se

que la publicaran en una gran pantalla y que Margarita hubiera

dos estaban de perfil, era fácil reconocer a

—le

sentía cómoda con ellas en el

rio, sabiendo que

amante siempre vive oculta, ¿cómo podría tener la

su teléfono y alzó la

dije, ven conmigo y borraré

vamos? —le preguntó

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