Ella todavía tenía en sus manos el aroma fresco del detergente, era una fragancia sutil a durazno que era muy agradable al olfato.

Farel extendió su brazo, atrapándola en un abrazo para que Evrie se sentara en sus piernas mientras su barbilla reposaba en la cavidad de su hombro, y sus manos largas y definidas empezaron a moverse con descaro.

Evrie le echó un vistazo y vio que sobre la mesa había un grueso libro de medicina.

La tapa era de cuero, las páginas eran amarillentas, dándole un aire de antigüedad.

Junto a su colorido cuaderno de notas con dibujos animados de construcciones, parecía un objeto de otra época.

Evrie lo hojeó y vio que la letra era cursiva, las frases demasiado rebuscadas para entenderlas.

—Dr. Farel, ¿esto es un libro de chamanes? —le preguntó.

—Mmm. —

—¿Y aún estudias sobre chamanes antiguos? —

—Sé algo sobre ese tema. —

Los ojos de Evrie brillaron con curiosidad—Dicen que eso es todo un misterio, que incluso pueden predecir el futuro de los pacientes, ¿es cierto? —

Farel la miró con una sonrisa ambigua, deslizando los dedos bajo el dobladillo de su ropa, pellizcando su piel suave y sedosa.

—¿Ah, sí? ¿Y qué te gustaría predecir? —

Evrie extendió su muñeca hacia él.

—Entonces mírame, ¿qué puedes ver sobre mi futuro leyendo mi pulso? —

Farel, con una mano acariciaba su cuerpo y con la otra tomó su pulso, fingiendo una reflexión profunda, y luego le dijo muy seriamente:

—Desequilibrio endocrino, falta de hombre. —

se quedó

ti un remedio muy eficaz, yo me encargaré de equilibrar ese desbalance de yin

Farel

iluminaba el libro de medicina, mientras la cortina

El tiempo pasó rápido.

Da Silva recibió

elegante caja, intacto, con

levantó el collar con una mano, mirándolo sin mostrar ninguna emoción.copy right hot novel

un collar de moda como este ni

fotos con su cámara, asegurándose de incluir el recibo y el certificado, y luego publicó las imágenes

de terminar una cirugía y, mientras se relajaba mirando

rápido y siguió desplazándose, pero algo sobre ese collar

había capturado cada detalle, incluso el código grabado en

ese código, y sus ojos se oscurecieron

0099.

número fácil de

memoria,

puesto alrededor del cuello

con una expresión indiferente, pero en el fondo

con una sonrisa, y de inmediato vio a un conocido Range Rover negro estacionado no muy

ventana estaba bajada a la mitad, mostrando a

esperaba que él fuera

estaba nerviosa y con un pequeño regocijo escondido

que nadie la viera y corrió hacia el coche, abriendo la

—La sorpresa en

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