Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Evrie se recostó junto a la ventanilla del avión, mirando absorta el infinito manto nocturno.

Durante el vuelo, su mente no dejaba de revivir el último viaje que había hecho con Farel.

En aquel entonces, su corazón rebosaba de ilusiones y expectativas, hasta el simple hecho de viajar al extranjero le resultaba emocionante.

Pero ahora, ya no sentía lo mismo.

—Señorita, ¿le gustaría algo de beber? —

Una azafata se acercó ofreciéndole comida, interrumpiendo las reflexiones de Evrie.

Ella le respondió instintivamente: —Un vaso de agua, por favor. —

Después de hablar, se dio cuenta.

No sabía desde cuándo, pero había adoptado el gusto de Farel de solo beber agua.

A pesar de que siempre había preferido las bebidas dulces y con sabor.

Evrie se quedó dormida durante el vuelo.

Horas más tarde, cuando el avión aterrizó, se bajó aún somnolienta.

colgó el distintivo y la tarjeta de trabajo alrededor del cuello y

se alargó

en la oscuridad exterior, solo el continuo balanceo

justo cuando Evrie pensaba que estaba por amanecer, la furgoneta finalmente ingresó

—Llegamos, Srta. Evrie. —

la ayudó a bajar

parpadeó para despejar sus ojos cansados y saltó del vehículo, aprovechando para observar el

altos edificios que parecían formar parte de un parque

el lugar, además de guardias que parecían estar patrullando

tocó la insignia en su pecho, y su

—¿Dónde estamos? —

será tu nuevo hogar, tu habitación está en el segundo piso.copy right

Te llevaré allí. —

la guiaba fue amable y cargó su

pesar de que todavía estaba oscuro y apenas se veía

empezar a trabajar

apures, primero acostúmbrate

sacó unas llaves, abrió la puerta para Evrie y dejó la maleta