Leandro acababa de salir de la habitación cuando su celular empezó a vibrar con insistencia.

Echó un vistazo a la pantalla, donde parpadeaba un nombre, era Farel.

Una sombra oscureció sus ojos, no esperaba que Farel lo encontrara tan pronto.

Parecía que su amor por Evrie era realmente profundo.

Leandro esbozó una sonrisa irónica, rechazó la llamada y, sin más, extrajo la tarjeta SIM y la lanzó lejos.

Al mediodía, Natalia llegó para traerle comida a Evrie.

Al ver en qué estado se encontraba, no pudo evitar sonreír—Aquí intentar una huelga de hambre es demasiado ingenuo—.

La mirada de Evrie se posó en el rostro maquillado y excepcionalmente frío de Natalia, y le preguntó con indiferencia:

—¿Él también te engañó para traerte aquí? —

Natalia se quedó callada un par de segundos, como recordando algo, y luego volvió a sonreír, confesándole la verdad.

—Se podría decir que sí. —

—Entonces, ¿has aceptado todas las reglas de este lugar? —

Natalia guardó silencio un momento, cruzó los brazos y se paró junto a Evrie, mirando hacia los edificios del complejo a través de la ventana.

—¿Sabes por qué me llamo Natalia? — Le preguntó.

Evrie la miró sin entender.

—Mis padres siempre quisieron un niño. Ellos soñaban con tener un hijo varón llamado Nathan, pero no tuvieron suerte, nací yo y me pusieron Natalia. Desde que nací he vivido a la sombra de esa expectativa. —

Natalia sonrió con amargura.

último año de bachillerato, querían que dejara la escuela para trabajar y

era inútil, así que debía casarme pronto. Mi hermano obtuvo las

mezcla de emociones,

que Natalia había sido admitida en la Universidad Alnorter por su excelencia

las había recibido

por la ayuda que

un instante, como si cruzara por ella un atisbo

barbilla y le respondió: —Puedes decirlo así. Solo quiero que entiendas que todos somos iguales, solo con derechos podemos tener una verdadera justicia, de

miró hacia la ventana, quedándose en

eran iguales. Ella no se

pero antes de

el trabajo. Cuanto más tardes, menos valor tendrás aquí. Y ya sabes que este

consejo y

obedecían, no necesitaba más que mirar por la ventana hacia ese terreno vacío donde las mujeres eran azotadas y humilladas

solo podía someterse a la farsa y esperar su

—Espera. —

Evrie detuvo a Natalia justo

haga los trabajos menores detrás

una. —Natalia accedió

Anita, la chica

Evrie la nombró específicamente.

fueron separadas la noche anterior, no había vuelto a

pero

arrastró a Anita en su

sorprendida, con un

es confianza y

Evrie no le respondió.

su actitud

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