De repente, una mano grande agarró la nuca de Evrie y la empujó hacia abajo con fuerza. Sin previo aviso, sus labios se encontraron con los de aquel hombre.

Ella abrió los ojos de par en par.

El aroma del caldo se dispersaba entre sus bocas entrelazadas.

Él no parecía dispuesto a soltarla fácilmente.

Después de un beso largo y profundo, cuando Evrie ya casi no podía respirar, Farel finalmente la soltó, aunque seguía con ganas de más.

Al levantarse y apoyarse en el borde de la cama, el rostro de Evrie estaba ardiendo.

—¿Por qué… por qué me besaste de repente?

—¿Acaso no querías besarme? —Farel levantó una ceja de manera desafiante.

Aquel brillo intenso en sus ojos que se había fijado en sus labios, con solo una mirada, le había revelado lo que Evrie estaba pensando.

Evrie se quedó en silencio.

Él había adivinado sus pensamientos del momento.

¡Qué vergüenza!

—¿Ya terminaste? Si es así, ya recojo todo.

Evrie, intentando cambiar de tema, se concentró en recoger los platos y los cubiertos.

Apenas había terminado de recoger cuando Farel la tomó de la muñeca, su mirada brillaba con un toque burlón.

—Si quieres un beso, solo tienes que pedirlo. Después de todo este tiempo juntos, ¿todavía te sientes incómoda conmigo?

La cara de Evrie se enrojeció aún más.

la franqueza de Farel, su interior estaba

para colmo,

con el beso

se calentó hasta el punto de

hot

de un mes sin vernos, tus comentarios siguen

soltó una risita, su mirada recorrió la carita sonrojada

Con la diseñadora Evrie,

quedó en

ese momento, se escuchó un golpe en la puerta. La enfermera de Farel, empujando un carrito, entró

cambiarle los

y se

bala había atravesado el omóplato de Farel; aunque no había tocado ningún órgano vital, la herida de bala no era para tomar

herida, que sin los cuidados adecuados podría dejar

ese momento, ella se sentía

alcanzado a ella en vez de a

sido robusta y resistente desde niña, con un buen sistema inmunológico; seguramente hubiera sanado mejor que

terminó rápidamente y

siguiente paso era bañar a Farel para evitar el sudor y la proliferación de

de desvestirlo, la enfermera se la

sencillo, solo tienes que pasarle una toalla húmeda médica por todo el cuerpo —dijo la enfermera Rena, con un español fluido—. Él es tu hombre,

palabra “tu hombre”, Evrie se

gente allí

entregó el desinfectante y le explicó brevemente las instrucciones,

quería hacerle algunas preguntas, pero Rena se fue rápidamente, desapareciendo en un

y comenzó

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