Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Evrie sintió un zumbido en su cabeza y de repente, su cuello y las orejas se calentaron.

Retiró su mano de golpe, con más fuerza de la necesaria, y su rostro se tiñó de un rojo intenso.

—El doctor dijo que no hagas esfuerzos, estás enfermo y deberías quedarte tranquilo.—

—¿Es que acaso hice algún esfuerzo? Si tú eras quien me estaba ayudando a moverme.—

—Aun así no se puede, lo que sea de ese tipo de cosas, el doctor lo prohibió estrictamente.—

Evrie se defendía con la cara todavía ardiendo, luego apurada recogió la toalla y el balde, y salió de la habitación empujando el carrito.

—Voy a salir, tú trata de calmarte un poco.—

Sin esperar respuesta de Farel, cerró la puerta con un golpe fuerte.

Fuera de la habitación, el corazón de Evrie aún latía de forma acelerada.

Se detuvo en la entrada, respiró profundo para calmarse y finalmente se alejó empujando el carrito.

La enfermera Rena había desaparecido, y después de buscarla un rato sin éxito, Evrie decidió dejar el carrito y caminar por los jardines de la clínica.

Prefería no volver a la habitación de Farel por el momento, temiendo que él la presionara para hacer algo indebido.

Era mediodía y la mayoría de la gente estaba descansando.

El jardín estaba desolado, lo que le daba a Evrie la oportunidad de pasear tranquilamente por la zona segura.

Sin darse cuenta, llegó a una zona con árboles y un lago artificial con una cascada, un lugar perfecto para desconectar.

Evrie se acercó.

Antes de llegar, escuchó sonidos amortiguados… era la respiración de un hombre, los gemidos suaves de una mujer y el murmullo de conversaciones en el idioma local.

detuvo en seco y miró hacia la fuente del sonido.copy right

hombre vestido con ropa de camuflaje dominaba

en pleno

la cara de

la compañía del hombre, sus dedos delgados

hombre respondía con igual

se incendió en

a mirar más, se

los sonidos suaves que se desvanecían a su

……

apoyó en la puerta, recuperando el aliento, y su

leyendo un libro y levantó la

había compuesto completamente, su rostro hermoso y distante no mostraba rastro

respondió Evrie, golpeándose las mejillas calientes —¡Es que la gente de

dejó el libro

no quiero salir.— Evrie negó con

en el hospital militar hasta que Farel se recuperara para regresar a

su incomodidad, Farel no insistió y en

a Joan que compre

no rechazó la

LR de Leandro, así

llamó a Joan y le dijo qué comprar, principalmente

y no entendía mucho de esas cosas, especialmente de ropa femenina, se mostró reacio a comprar

entró, resultó ser nada más y nada menos que Rena,

de inmediato, recordó la escena que había presenciado por