Evrie sintió cómo el cuerpo de Farel se tensaba bajo el suyo.

De repente, una mano grande y firme se posó en la nuca de Evrie y, con un movimiento audaz, Farel profundizó el beso.

Lo hizo con fuerza, con pasión y con intensidad, como si quisiera apoderarse de cada aliento de ella.

Hasta que parecía que no quedaba aire para respirar.

La puerta de la habitación se abrió de golpe y Joan entró cargando una caja enorme.

—Sr. Haro, ya compré la ropa que…— Empezó a decir.

Pero su voz se cortó de repente.

Al oír el ruido, Evrie se puso de pie de un salto, separándose rápidamente de Farel. Su rostro estaba tan rojo que parecía que iba a sangrar.

¿Podía haber algo más vergonzoso que ser descubierto en pleno besuqueo?

¡Qué bochorno!

Farel, con ganas de más, levantó la mirada y observó a Joan con frialdad.

—¿No sabes que hay que tocar antes de entrar?—

Joan se quedó helado por un segundo, luego dijo con torpeza: —Estaba con la caja y se me olvidó.—

—Pon la caja en el suelo y sal.—

Joan, aliviado, dejó la caja en el suelo y salió corriendo.

Al irse, no olvidó cerrar bien la puerta tras él.

Evrie se quedó frente a la pared blanca, con las orejas rojas y ardientes, deseando poder desaparecer en ella.

—¿Te da vergüenza?— Farel no pudo evitar reírse mientras la miraba de reojo.

—No… no es eso…— Evrie eludió la pregunta con evasivas.

—Entonces, ¿por qué sigues mirando la pared y no me enfrentas? Es como si estuvieras castigada…— Farel la molestaba disfrutando del momento.

—No es eso.copy right hot novel pub

..—

giró hacia

una relación

—No.—

siquiera un primer

—Tampoco…—

más hablaba Evrie, más bajaba

que había empezado a estudiar hasta que se graduó, Farel fue el

sombra pasó por los ojos de

está bien.— Dijo

satisfecho de ser el primer amor de Evrie y

—¿Qué?—

no entendió lo que quería decir y lo miró

ve a probarte la ropa y cámbiate ese trapo

bajó la vista a su ropa y se

a las

Se sintió avergonzada.

su manía por la

a revisar su contenido: estaba todo

había preparado todo con mucho

de ropa cómoda y suelta, cerró la cortina, echó el cerrojo a la

quería seguir torturando los ojos de Farel

la habitación no había cortinas divisorias, y Evrie se sentía un poco

los ojos,

tanta vergüenza que te vea? No hay nada en ti que no haya visto

es lo mismo…— Evrie explicaba con el rostro

siendo observado de esa

de Farel sonaba baja— Solo echaré

quedó

cerró los

y se dio la

encontraba la posición correcta

desesperarse y sus movimientos se volvían

—No te muevas tanto.—

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