Varias personas sin mediar palabra empezaron a golpearlo con puños y patadas a Óscar.

¡Golpe tras golpe!

En menos de quince minutos, Óscar ya estaba con la nariz morada y la cara hinchada, la piel desgarrada y acurrucado en un rincón gritando y suplicando piedad.

Incluso había perdido un par de muelas del juicio.

—¡Basta, por favor, basta! ¡No puedo más, ay ay ay…! —clamaba.

El gerente del casino, que antes se mostraba afable, ahora pisoteaba la cabeza de Óscar con su pie.

—Dime, ¿vas a pagar o no? Si no nos pagas, ahora mismo te cortamos un dedo.—

—Sí, sí, voy a pagar, voy a llamar ahora mismo…—

Óscar estaba aterrado.

Entre sollozos y mocos, sacó su móvil y llamó a Marcela.

Pero antes de que pudiera hablar, le arrebataron el teléfono y el gerente habló con voz amenazante al otro lado.

—Tu hijo está con nosotros, se metió en deudas de juego y ahora debe quinientos mil. Envía el dinero rápido para rescatarlo, o prepárate para recoger su cadáver.—

Marcela del otro lado pensó que era una estafa y empezó a insultar.

—¡Mentiras! Mi hijo está en el extranjero ganando buen dinero. ¿Cómo va a deberles a ustedes? ¡No intenten engañarme!—

Al oír eso, el gerente dio una patada feroz en la cabeza de Óscar.

—¡Aaah…!—

Un grito desgarrador resonó al instante.

Marcela, al oír la voz de su hijo, se alteró.

—¿Hijo? ¿Qué te pasa? ¿Eres tú de verdad, te han golpeado?—

Óscar lloraba y gritaba de dolor.

—Mamá, sálvame, por favor, envíales el dinero, si no, ya no podré regresar.—

Marcela estaba desesperada y su tono cambió. —¡Ustedes son unos abusivos, cómo se atreven a golpear a mi hijo! ¡Voy a llamar a la policía, los van a arrestar!—

Triángulo Norte, aquí nadie se mete, la policía no sirve de nada. Tienes tres horas, si no vemos el dinero, le cortamos

eso, el gerente colgó el teléfono de

perder ni un

pálida y completamente

¡Quinientos mil!

dónde iba a sacar ese

esa muchacha traviesa, podría conseguir

un puño,

por más intentos que hizo,

Desesperada, llamó a Pablo.

necesitaban el dinero, mintió diciendo que tampoco

saber dónde está? Pablo, están a punto de mutilar a tu hijo, ¿acaso

preocuparme, no tengo dinero. Resuélvelo

tumbado en su cama de hospital, colgó el teléfono sin piedad y apagó su

Marcela estaba furiosa.

El tiempo se agotaba.

su

apenas juntó setenta u ochenta mil, y los

el gerente claramente

patadas cayeron sobre

podía gritar, retorciéndose de dolor en una

un dedo, ¡para

dos matones agarraron la mano de Óscar y extendieron

la limpió y apuntó alto hacia

Óscar suplicaba desesperadamente.

el hacha y ¡Zas!, un dedo seccionado rodó por

se desmayó al

a su madre. Si mañana no vemos el

—Entendido.—

Por la noche.

reinaba en la habitación del

estaba de pie frente a la ventana, mirando la oscuridad de la noche, sintiendo que algo

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255