Ya había anochecido cuando volvieron al hospital.

Las manos de Evrie estaban tan cansadas que le dolían, mientras Farel, apoyado en el cabecero, le masajeaba los brazos con movimientos lentos pero seguros.

Sus manos siempre eran precisas, tocando sin esfuerzo los puntos de dolor con sus dedos largos y bien formados.

Cuando se concentraba en su trabajo, emanaba una sensación de absorción.

—¿Te parezco guapo?— le preguntó Farel de repente, interrumpiendo los pensamientos de Evrie.

Ella volvió en sí y sus mejillas se tiñeron de rojo.

—Sí, guapo.—

Farel entrecerró los ojos —¿Aceptaste salir conmigo solo por mi cara?—

Evrie parpadeó —¿Y si fuera así?—

Su rostro siempre había llamado la atención.

No era raro que alguien se fijara en él.

Farel sonrió con una mirada significativa —Pensé que te atraía mi cuerpo, después de todo… la pasión que compartimos en la cama es más duradera que fuera de ella.—

El rostro de Evrie se incendió de vergüenza.

—¡No digas esas cosas!—

Se estaba excitando de nuevo.

Intentó empujarlo con enojo, pero él la sujetó y la presionó contra la cama.

—¿Quieres revivir lo que se siente en la cama?— preguntó él con picardía.

Evrie, roja como un tomate, protestó —Todavía no estás curado…—

—Una vez no me hará daño.—

—No te creo.—

—Soy médico, confía en mí.—

reaccionar, los labios de él ya estaban sobre

y temiendo lastimar su herida, se dejó

estruendo repentino sonó afuera, seguido por una ráfaga de

y Farel la

preguntó ella alarmada.copy right hot novel

de haber empezado

—¿Qué?—

el cielo iluminado por el fuego y habló

disparos vienen de la dirección de Leandro, en

Leandro y Marcos habían empezado una

estaba oficialmente

—¡Tan pronto!—

corazón de Evrie saltó a su

haber experimentado un enfrentamiento anterior, se seguía mostrando

nervios a flor de piel, no

abrazó fuertemente, su calor la envolvía

miedo,

pecho, escuchando el fuerte latido de

preguntó con

Tenía razón.

se calmó poco

escapado en medio del

de esta

continuaron, como si fueran fuegos

dormir en toda

Hasta que amaneció.

oían

lucha había durado

la luz del día, alguien golpeó la puerta del hospital, era Joan,

hemos

y vio una camioneta gris estacionada abajo; la puerta estaba abierta y una figura sucia y deshecha

su ropa hecha jirones, con un dedo amputado, y el rostro tan golpeado

¡Era Óscar!

reconoció de

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255