Entonces, el joven fue arrastrado a la fuerza por varios guardias.

De repente, la oficina se quedó en silencio absoluto, nadie se atrevía a hablar.

Zeus había desahogado la frustración que llevaba dentro y su humor había mejorado notablemente.

Golpeó su escritorio con la porra eléctrica, que chisporroteaba al contacto.

—¡Que se pongan las pilas todos, carajo! El que se haga el vago y no cumpla con las metas, acabará como ellos, vendido al pueblo de al lado para extraerle los órganos y marinarlos en aguardiente!—

Nadie osó decir palabra, todos se pusieron a teclear en sus computadoras.

Cada uno manejaba decenas de cuentas en redes sociales, haciéndose pasar por estafadores sentimentales, ofreciendo falsas oportunidades de amor, inversión y finanzas para engañar a la gente en su país.

Muchos, por un arrebato del momento, habían perdido todos sus ahorros.

Y ni siquiera la policía podía recuperar el dinero.

Zeus, ya satisfecho, disfrutó de su poder y estatus de superioridad.

Luego, se marchó muy a gusto.

Esa vida de estar por encima de todos, sin duda, era demasiado placentera; no pensaba volver a su país por nada del mundo.

……

Al día siguiente, por la mañana.

Farel se cambió las vendas y, llevado por Evrie, salieron del hospital.

—¿A dónde vamos?— preguntó Evrie.

—Ya lo verás cuando lleguemos.—

Farel le dijo de manera misteriosa, sacando una pistola y poniéndola en manos de Evrie.

Era pesada y su tacto, helado.

—Acostúmbrate al peso, vas a necesitarla en un rato.—

perpleja, pero pronto dedujo lo que se venía, y con ojos como platos

una habilidad que podría salvarte la vida en un momento crítico.copy right hot

auto se detuvo en

era un desierto de arena llana, interminable a la vista, pero había guardias

polígono

había

tenía ni idea de cómo Farel

un puesto de tiro; al mirar a lo lejos, había filas de blancos circulares diseñados

se acercó y les entregó varias armas, cortas, largas, de todo tipo y

tomó en sus manos, demasiado nerviosa

Eran armas reales.

nunca había tenido contacto en su

con ambas manos, muñeca recta, el mango en la base del pulgar,

detrás de

cargar la pistola,

era tomado

dudando

seguro de que alguien sin experiencia como

de la academia de policía necesitaban años de práctica, y

solo aprende a disparar y a que la bala

su dedo índice sobre el

—Dispara.—

su indicación, Evrie apretó el

hacer un gran esfuerzo, sintiendo que se iba a romper

—¡Bang!—

escuchó un sonido

retroceso sacudió el brazo de Evrie, haciéndola tambalearse y caer en

esperarse, falló el

se

que domines el movimiento y puedas bajar el

profundamente y siguió

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