Evrie se quedó petrificada al ver a Valerio Pinos.

¿Cómo puede ser él?

—¿No eres tú la ex de Farel? ¿Qué haces en mi casa?— preguntó Valerio con el ceño fruncido y una actitud desenfadada.

Evrie se soltó de su agarre y dejó caer rápidamente una frase —Yo no soy ninguna zorra, tu papá está borracho, debe haberme confundido con alguien más, mejor ve a verlo—.

Ella dijo a propósito que estaba borracho, también por el bien de la reputación de ambos; la situación era demasiado caótica y necesitaba tiempo para calmarse.

Al oír esto, Valerio soltó una risa sarcástica —¿Borracho? Este cabrón está fingiendo de nuevo—.

Evrie nunca lo había escuchado hablar tan vulgarmente.

No quería quedarse ni un minuto más, lo esquivó y se marchó rápidamente.

Después de que Evrie se fue, la luz del estudio se encendió y Amir Pinos, frotándose la frente, miró a Valerio en la puerta.

—¿Por qué volviste?—

—¿Qué, interrumpí algo importante? Viejo sinvergüenza, no tienes vergüenza, ¿te atreves con una chica tan joven? Algún día te caerá un rayo y te partirá en dos—.

Amir respondió —¿Así le hablas a tu padre?—

—¿Tú mereces que te llame padre?— Valerio estalló de pronto, —Mi madre lleva tres años en el hospital y aún está viva. Ella sigue siendo tu esposa toda su vida, ¿y tú? Mira lo que haces, ¿eh?—

—¿Debo felicitarte por seguir siendo un Don Juan, un viejo verde?—

Amir, con el rostro oscurecido, soltó —Si no aprendiste nada en el Triángulo Norte, no me molestaría enviarte de vuelta para que te endurezcas—.

—Ja, ja, ja, ¿el Triángulo Norte? ¿Por qué no me mandas a África o a Dubái? ¿Qué tal si aprendo de Zeus y me uno a una banda de estafadores, te consigo riñones para tus negocios, y los dos acabamos en la lista de los más buscados, arruinando tu glorioso nombre?—

Amir no dijo nada.

pases de la raya, que soy tu

me das asco, y esta

Pum—

cerró la puerta con un golpe que retumbó y

luces de neón, Valerio conducía a toda velocidad, reflejos fugaces pasaban por el rabillo del ojo, y

no pudiera oírlos, sus ojos estaban

silueta familiar en la acera, pequeña y ágil, caminando

Era Evrie.

las lágrimas, detuvo el carro

—¡Piiip!—

lo miró y siguió caminando sin prestarle

siguió, insistiendo con la

hot novel

Evrie no subió.

rápido, como si

—La luz de la

Evrie se detuvo.

tocar un

momento, luego abrió la puerta del carro y se

veía fría

y empezó a hablar —Mantente alejada de mi padre, no es

que fuera

sentir aversión hacia todo lo relacionado con él, incluso hacia

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