Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Ella era capaz de matar a cualquiera con sus charlas interminables.

El carro se detuvo en el cruce, esperando el semáforo en rojo.

Evrie aprovechó para decir — Gire a la derecha y llévame a casa. —

— ¿Y tú vives dónde? —

— En Mirador de Luna. —

— ¿Cómo es que vives en ese barrio tan feo? ¿Acaso Farel no te dio una buena tajada cuando terminaron? Después de estar con él un mes, ¿ni siquiera te regaló una casa? —

Evrie tiró de la puerta para bajarse — Ya no sigo, mejor me voy en metro. —

— ¡Ay, no te vayas! — Valerio la detuvo —. Me equivoqué, ¿ya? No vuelvo a decir nada. —

Evrie se aferraba a la manija de la puerta, pero se percató de que estaba con seguro.

Volteó la cabeza y miró fijamente a Valerio, su carita pálida estaba toda inflada de ira.

— ¿Qué tal si nos tomamos unos tragos? — propuso Valerio con desgano.

— Yo no tomo. —

— Estoy de malas, acompáñame a beber algo. —

— Tengo el estómago delicado, no puedo tomar. —

— … —

Justo entonces, el semáforo cambió a verde.

Evrie, sin titubear, dijo — Toma la derecha, vamos a Mirador de Luna, o déjame bajar, si no, le chismeo al policía de tránsito que está allá. —

Valerio — … —

¡Hasta sabía cómo amenazar

el aire contenido, giró el volante silenciosamente y tomó la derecha,

la entrada del

¿No quieres que te deje

ligeramente — No es

¿Y en cuál vives,

dedo — En el

era un trecho corto.copy right

accedió a abrir la puerta del

bajó y entró al

un número de torre incorrecto a propósito. No quería que un extraño conociera dónde

aprendido que no

……

Evrie llegó a su casa, ya

en el peligro

un ser traicionero y falso como la

no quería ni pensar en lo que podría haber

la oficina.

se sumergió en el

sea lo que sea. Si las cosas se ponían feas,

de ducharse y secarse el pelo, apenas salía del baño cuando

acercó

había unas cuantas fotos y el rostro de

ella sabía de inmediato que era Farel, no

que era él? —

lo había reconocido, pero ¿cómo

un suspiro de alivio

no había sido por

pixelado funcionaba, si no, ¿de qué