Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Evrie levantó la mirada al instante, encontrándose con esos ojos profundos y reservados de Farel.

Inconscientemente, ella preguntó: —¿Sabes algo de ginecología?—

—Podría intentarlo.— Respondió él.

Farel se acercó directamente a Samia, se agachó frente a ella, su voz era fría pero seria.

—Dame tu mano, necesito tomar tu pulso.—

Samia, asustada, extendió obedientemente su muñeca.

Farel la palpó por un momento, su mirada no mostraba cambio alguno.

—Estás tensa, te alteraste.—

—¿Ah? ¿Qué hacemos ahora? ¿Deberíamos ir al hospital? ¿Mi nieto estará bien?— Preguntó Marcela, también muy nerviosa, pero con las calles inundadas y el hospital inaccesible, estaban atrapados.

Farel se detuvo un momento y luego miró a Evrie. —Ven, te enseñaré a hacer un masaje.—

—¿Qué?— Preguntó ella, confundida.

—Masajear ciertos puntos del cuerpo puede ayudarle a relajarse y ganar algo de tiempo.— Explicó él.

Evrie, dudando, se señaló a sí misma. —¿Yo?—

—Inténtalo.—

Apenas se acercó, Farel tomó sus dedos y los colocó con precisión en varios puntos del cuerpo de Samia.

No era de extrañar que le pidiera que lo intentara.

y delicados.copy

se concentró, siguiendo sus instrucciones paso a paso para

minutos, el rostro de Samia

masaje ocasionalmente para

sonido de un motor rompió el silencio, seguido de un murmullo

y vio varios camiones grandes y un Jeep

abrió, una figura esbelta

Esa cabellera rizada familiar…

no necesitaba mirar de cerca para

Farel, te ves exhausto, has sufrido mucho, un verdadero siervo del pueblo, si no

lanzó una

—¿Qué haces aquí?—

es obvio con todo este despliegue?— Valerio señaló hacia los camiones detrás de él, con aire de naturalidad.

resopló con desdén.

crees?— Valerio imitó su desdén y giró hacia atrás gritando:

de los camiones abrieron los maleteros y comenzaron a descargar agua embotellada, sopas instantáneas, galletas, huevos y

lloraba de gratitud al ver

por el buen samaritano que había

de Valerio y le agradeció

un buen hombre, en este mundo aún hay bondad y amor, en nombre de todos en Valle

hizo un gesto grandioso, claramente complacido. —No hay de qué, hacer buenas obras

el interior, como buscando a

está Evrie? ¿Dónde