Valerio no pudo evitar reírse con sorna: —No he venido a buscarte, ¿por qué te metes tanto? Eres tan molesto, ¿por qué no compras todo el Barrio El Magnético entonces? —

Farel le respondió con un tono helado: —No te hagas el inocente, sé muy bien lo que planeas. Aléjate de ella, ahora es mi esposa. —

—Qué risa, si tú eres el que quiere divorciarse, ¿qué problema hay si ocupo tu lugar? —

Valerio le habló con total desfachatez, levantando una ceja desafiante: —Te diré algo, no pienses que sin ti Evrie se va a quedar sola. Si te atreves a divorciarte, de inmediato la cortejaré, me casaré con ella y la llevaré a conocer a mis padres. —

La expresión de Farel se oscureció en un instante.

Siempre supo que ese muchacho no cambiaría.

Siempre estaba pensando en Evrie.

Entrecerró los ojos y sonrió fríamente: —¿Conocer a tus padres? Pues te advierto, si aún quieres que tu madre despierte, mejor vete de aquí y regresa al hospital como un buen muchacho. —

—De lo contrario, no me molestará retirar mi favor y pedirle al Dr. Sanz que se vaya. —

¿El Doctor Sanz?

¿El especialista de rehabilitación que había traído para su madre?

Valerio lo miró fijamente: —¿Así que el Dr. Sanz que apareció de repente fue traído por ti? —

Farel le replicó: —¿Quién si no? ¿Acaso con tus patéticos contactos podrías conseguir a un profesional como él? —

Valerio se quedó sin palabras.

Estaba con rabia y sentimientos encontrados.

Farel no había tenido buenas intenciones desde el principio, lo distrajo hábilmente en su peor momento con una maniobra de distracción.

Pero había que reconocer que el Dr. Sanz era realmente competente.

En poco tiempo, su madre ya podía moverse sin problemas.

El Dr. Sanz le dijo que si seguían así con la rehabilitación, en unos meses podría haber una posibilidad de una recuperación completa.

había estado en el hospital todo este tiempo, sin querer

apretados: —¡Eres un viejo zorro astuto,

hasta mi gato

Valerio: —…—

para que desaparezcas, o

buscar en su

—¡Bien jugado, pero espera y

vuelta y

de mirar y marcó otro número

a la casa del Barrio El Magnético y protege a Evrie en secreto. No dejes que nadie se

—Entendido, recibido. —

Farel cambió de dirección

En la habitación.

el sofá leyendo un libro cuando

deslizó el dedo

Valerio se escuchó

nuevo en su casa y

respondió:

encontrármelo abajo, ¿está loco o qué? Quiere divorciarse pero no deja que nadie se te acerque, es como un perro que marca su territorio, me tiene harto.

evitar sonreír

se va a divorciar

no van

quedó perplejo,

—De verdad. —

¿verdad? — Valerio

le hice jurármelo y además, vamos a tener

por supuesto, necesita

elevó un poco: —¿Estás embarazada?

—Sí. —

Valerio: —…—

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